Recorriendo el cielo de otoño-invierno

Por Esteban J. Andrada
El cielo de marzo, abril y mayo empieza a mostrar una aparente metamorfosis celestial. Teniendo en cuenta que las constelaciones veraniegas empiezan a migrar hacia el oeste, el este empieza a mostrar constelaciones propias del otoño - invierno para nuestro hemisferio.

Orión ya a inicios de la primera mitad de la noche en abril, y al atardecer en mayo, se ubicará al oeste opacado por la claridad de la puesta del Sol.  Mientras tanto, otras constelaciones empezaran poco a poco aparecer al este: Escorpio, Sagitario, Sagitta, y otras. Son constelaciones de alto contenido en objetos celestes. ¿Por qué? La razón se debe a que estaremos mirando otro plano de la galaxia, específicamente hacia el centro, donde el contenido de objetos celestes es realmente rico, sobre todo en cielos rurales.



Debemos admitir que los recuerdos que nos trae Orión, o Tauro, es indudablemente de hermosas noches de verano para los habitantes del hemisferio sur. Sin embargo, las constelaciones de Escorpio, Sagitta, y Sagitario, como Ofiuco, nos recuerdan las bajas temperaturas del otoño - invierno.
Tanto el otoño como el invierno, nos ofrecen para las ciudades turísticas, una menor polución (lumínica y química) debido a la baja actividad humana. Las bajas temperaturas hacen descender en la primera mitad de la noche la humedad, para tener una segunda mitad de la noche más estable. ¿Cuál es el precio de estas ventajas? El frío.

Adaptar los ojos a la oscuridad
Las constelaciones contienen estrellas de distinta intensidad. Las áreas de nebulosas son realmente fantasmales, tenues, atípicas para el ojo humano.

Nuestros ojos no están diseñados para observar objetos tenues. De hecho, si observamos con una débil linterna durante la noche los colores del césped, notaremos que prácticamente no detectamos el característico verde intenso.
La explicación es sencilla: Los sensores de nuestros ojos que captan la luz (conos y bastoncillos) son sensibles a niveles lumínicos más altos que los que ofrece un césped iluminado por una débil linterna o trasladando el ejemplo a la astronomía, una nebulosa.
Esa es la razón por la cual, no vemos las nebulosas con colores en una observación visual.

Dicho de otro modo, en el fondo del ojo hay millones de células especializadas en detectar las longitudes de onda que capta del exterior.
Los conos y los bastoncillos (o bastones), son los que recogen las diferentes partes del espectro de luz solar y las transforman en impulsos eléctricos, que son enviados luego al cerebro a través de los nervios ópticos, siendo éste el encargado de crear la sensación del color.

Los conos son los sensores mas usados, los que está usando en este momento para leer estas lineas, ya que se encuentran concentrados en su mayoría en la mácula. También se encargan de enviar la información del color y se cree que hay tres tipos de conos, sensibles a los colores rojo, verde y azul, respectivamente.

Sin embargo, Los bastones (alrededor de 100 millones) no son sensibles al color. Pero los bastones son mucho más sensibles a la luz, por lo que se activa y envía información de objetos mucho mas débiles luminosamente, incluso de aquellos que son invisibles para los conos.



Ahora, delante de estos sensores, está la pupila, que actúa como diafragma de la entrada de luz, siendo impresionante su rapidez al recibir un encandilamiento, al contraerse rápidamente.
Sin embargo, el proceso de dilatación (apertura máxima de la pupila) es extremadamente lento, y se suele completar cuando el observador está en la oscuridad con poca luz durante unos 15 a 20 minutos.
Por esta razón, es imprescindible potenciar la entrada de luz a nuestros ojos, así como buscar noches sin Luna y zonas alejadas de las grandes ciudades. Usar técnicas de observación como la técnica de la observación indirecta o periférica, y evitar encandilar el lugar de observación con linternas o celulares.


Mirando hacia el centro galáctico
Mientas que en el verano austral miramos hacia "afuera" de nuestra galaxia, a excepción del brazo de Orión, En invierno podemos observar las regiones más densas de nuestra galaxia.
La posición de la Tierra en su órbita alrededor del Sol es tal que estamos mirando hacia el denso plano de nuestra galaxia.
Constelaciones como Sagitario, Scutum, o Escorpio son ricas en densas nubes de gas, polvo y estrellas, especiales para ver en el campo.

Ante todo, me disculpo por innumerables objetos que dejo de lado en cada constelación, ya que será muy extenso de abarcar cada objeto. Este es, a mi criterio, un buen recorrido para binoculares, y pequeños telescopios.




Los objetos celestes y su altura aparente en el firmamento
Recuerde que cuanto más alto en el cielo esté un cúmulo o una nebulosa (en realidad valido para cualquier objeto celeste), más observaremos sus detalles de forma estable, y sin distorsión atmosférica.
Evite observar objetos celestes cuando están a muy poca altura sobre el horizonte.

El escorpión domina el firmamento
Es casi soñador encontrar las formas de las constelaciones. Evidentemente, existía mucha imaginación en la antigüedad. Tal vez, junto a la Cruz del Sur, el Escorpión puede ser más sencillo de reconocer por su forma en el cielo.
Comenzaremos nuestro recorrido por la rojiza Antares.



Antares
Mag. 1.5
Es una estrella colosal. Ubicada a 550 años luz, es una supergigante roja de clase M1.5Iab situada aproximadamente a 550 años luz del sistema solar.
Además, es un verdadero desafío para los observadores de estrellas dobles. Tiene una compañera débil, a 3”, quedando opacada por el brillo Antares A. Aberturas moderadas a grandes, usando gran aumento, y usando alguna técnica de observación que no mencionaremos aquí, puede facilitar su visualización.

NGC 6231
NGC 6231
Mag. 2.6
Es un precioso cúmulo estelar. Es fácil de observar, y bellísimo con prismáticos 7x50 o 10x50.
Es un cúmulo estelar muy joven, con una edad estimada en 3,2 millones de años, y compuesta por estrellas supergigantes jóvenes y calientes.
Mientras observe este cumulo, recuerde que está a unos 5.900 años luz de la Tierra.

M6
Mag. 4.2
Es un cumulo abierto, llamado también popularmente como “Cúmulo de la Mariposa”
Ubicado a 1600 años luz, es un brillante cúmulo para prismáticos y pequeños telescopios.  Observando con binoculares, notará en las cercanías, un cúmulo mucho más grande y brillante. Es el famoso cúmulo de Ptolomeo, el cual se describe a continuación.


M7
M7
Mag. 3.3
El Cúmulo de Ptolomeo es un hermoso cúmulo para observar con binoculares. Su nombre popular es por el astrónomo griego Ptolomeo, quien lo describió como una nebulosa en el año 130.
Paso bastante tiempo, hasta que con ayuda óptica, Giovanni Batista Hodierna lo observara en 1654 y lo describiera como un cúmulo y no una nubosidad. Logró contar 30 estrellas. En 1764, Charles Messier lo añadió a su catálogo.

El cluster es fácilmente detectable a simple vista, y es realmente impactante desde el campo o zonas semirurales, con ayuda óptica, preferiblemente prismáticos.
Se recomienda usar muy bajos aumentos, oculares de muy buena calidad y aperturas de 70mm para disfrutarlo al máximo. Recuerde que cuanto más alto en el cielo esté un cúmulo, más observaremos sus detalles. Evite observarlo cuando está a muy poca altura sobre el horizonte.


Sagitario, el corazón de la Vía Láctea
Sagitario es una constelación que no tiene rival, en cuanto a la densidad y brillo que alcanza en zonas suburbanas o rurales. Esta afirmación se comprueba al recorrer su zona de dominio con unos prismáticos 7x50 o 10x50.
El centro de la galaxia se ubica en la dirección de (chi) Sagitario, que por suerte su brillo es bloqueado por grandes concentraciones de polvo galáctico.
Para optimizar la observación, recomiendo observar esta constelación (al igual que cualquier otra) cuando está en su punto más alto, que en latitudes como las de Mar del Plata (38° sur) se encuentra próximo al cenit.

Ubicándose a la medianoche, en donde la polución (polvo de calles, luminarias de jardines, humo, etc) tiende a disminuir, la constelación nos brindará un hermoso show al alcance de unos buenos prismáticos 7x50. Es totalmente recomendable el uso de reposeras, y buenos abrigos, y por qué no bebida caliente.
Existen tantos objetos que me veo obligado a dejar de lado muchísimos cúmulos, y nebulosas.





M20
Mag. 6.3
La Nebulosa Trífida, visto con telescopios pequeños con una forma fantasmal. Usando la fotografías réflex con el mismo telescopio (80-90mm), nos muestra una variedad de matices impresionante. Para observar detalles en observación visual, se requiere ópticas de 150mm de apertura.


M20


M8

Mag. 6.0
A un grado de M20, encontramos una de las nebulosas icónicas de Sagitario.
Ubicada a 4077 años luz, la Nebulosa de Laguna es uno de los objetos dentro de los catalogados como “fáciles” de ver con telescopio. Su nebulosidad es brillante y rodea a su vez un cúmulo abierto NGC 6530.
Los prismáticos mostraran una pequeña nebulosidad y al cúmulo.

RS Sag.
Mag. 6.0
No quiero dejar de lado a esta estrella doble visual, que uno de sus componentes es una binaria eclipsante. Suele variar de Mag. 6.0 a  6.5 en el lapso de 2 a 4 días. Este es un objeto para observar con telescopios, refractores de 80-90mm, y perfecto para iniciarse en el mundo de las variables eclipsantes.

M24
Mag. 4.6
Es un extenso cúmulo de estrellas, rodeada de una densa nube de estrella, de 2° de diámetro.
Es un objeto para binoculares de baja potencia (7x50, o 10x50). Ubicándose al oeste del cúmulo, casi sumergido, encontraremos (o sospecharemos si usamos binoculares y estamos en una zona rural) que hay un parche nuboso, que en realidad es un cúmulo globular catalogado como NGC6603, de Mag. 11

M22
Mag. 5.1
Un hermoso cúmulo globular de Mag. 5, siendo fácil de resolver (identificar más allá de un parche, a empezar a identificar estrellas) con aperturas de 10cm, y totalmente resuelto con fotografías.
Mientras lo observe, deténgase a meditar la colosal distancia: ¡9.785 años luz!


RY Sgr
Mag. 6.5 - 12
Es una estrella variable irregular, tiene una variación importante de su brillo, por lo general de 6.5 a 12 en un lapso brusco, e irregular en el tiempo.
RY Sagittarii es una supergigante amarilla. Aunque aparentemente tiene el espectro de una estrella de tipo G, difiere notablemente de la mayoría en que casi no tiene hidrógeno y mucho carbono.

El escudo galáctico
Scutum, o Escudo es una constelación pequeña, pero llena de nube estelar, llamada con el nombre de su constelación. Es un área interesante para detenerse con binoculares 7x50 o 10x50. Aquí hago hincapié al uso del trípode o mínimamente una reposera, y observar esta constelación solo cuando está en lo más alto del cielo (en mayo, luego de la medianoche). Así captaremos la esencia de la nubosidad de fondo en la constelación, y podremos identificar cientos de estrellas.
También es espectacular a través de binoculares 15x70 (con trípode) ya que nos permite obtener una imagen tridimensional.
Para telescopios, recomiendo el uso de focales cortas, y usar un refractor de 80mm o un reflector de 114mm.



M11
Mag. 6.3
M11
Es un hermoso cúmulo estelar, llamado popularmente como el Cúmulo del Pato Salvaje.
Visualmente tiene forma de V. Sin embargo, mediante las fotografías, pareciera sufrir una metamorfosis, al “completar una forma casi globular”. Aclaro que es solo un cúmulo abierto, no globular, pero su forma nos recordará a los globulares.
Se necesitará algo de aumento, alrededor de 80X, que será alcanzado en un refractor de 90/900 con un ocular de 10mm.
En el caso de poseer un 80/400, recomiendo un ocular de 10mm, que alcanza a unos 40X, sabiendo que no es un telescopio para grandes aumentos.

M26
Mag. 8.0
Casi en el corazón de la constelación, se encuentra en el fondo tachonado de débiles estrellas, un hermoso cúmulo abierto, débil, pero detectable.

Ofiuco, el olvidado
Ofiuco es una constelación zodiacal, olvidada por “descuido” podría decir, por el colectivo de astrólogos, que por comodidad, no han aceptado una de las constelaciones zodiacales más grandes en las cuales pareciera pasar nuestro Sol.
Es una constelación débil, pero con interesantes objetos a observar, muchos cúmulos globulares, haciéndolo la constelación con más cúmulos globulares catalogados.





IC 4665
Mag. 4.2
IC 4665
Llamado “Cúmulo de la colmena de verano” indiscutiblemente llamado así por observadores del hemisferio norte, que observan este objeto en dicha estación, encontrando un parecido con M44 “La colmena” de cáncer, que es nuestra “Colmena de verano”.
Es un cúmulo abierto grande, cuya observación es muy interesante con prismáticos, pero usando bajos aumentos.  Usando prismáticos 15x70 noté una experiencia distinta, la vista se estropea al usar dichos aumentos. Por lo que recomiendo usar unos 7X50 o 10x50.
Es importante tener en cuenta el factor distancia. Unos fríos 1400 años luz nos distancia de este cúmulo.
Tal vez valoremos más la observación teniendo en cuenta que estamos realmente capturando con nuestros ojos, luz creada antes, mucho antes, cientos y cientos de años antes que naciéramos.



Puedo decir lo mismo sobre la observación con telescopio. La vista tridimensional se pierde al usar un solo ojo, y cabe destacar que la vista es confortable con un amigable telescopio 80/400 F5, con unos buenos oculares de 32mm, y 25mm.
Telescopios de focales largas recortaran al cúmulo, sumergiéndonos dentro del mismo, pero perdiendo la noción de estar observando un cúmulo abierto.


M12
Mag. 6.6
Es un cúmulo globular fácil de resolver, pero pequeño a la vista del telescopio.

M10
Mag. 6.7 
Cúmulo globular mucho más compacto/denso que M12

NGC 6633
Mag. 4.6
Es un cúmulo abierto no muy conocido, pero que es lindo de observar con focales bajas y/o binoculares. Algunos componentes amarillos y azules le dan un interesante matiz.


Descargas
Mapa zona Sagitario, Escorpio
Mapa zona Ofiuco - Scutum

Catalogo completo
Contiene estrellas hasta mag. 7. Tienen gran calidad para hacer zoom en cada uno de ellos. Recomiendo imprimir y anillar todo el catalogo.