Sobrenombres de la Luna ¿Qué significan?

Científicamente no tiene asidero mencionar cada Luna llena como especial. Términos culturales como “Luna de la cosecha” en el mes de septiembre, y otros sobrenombres de cada Luna llena, son solo eso: términos culturales, que se presta a menudo a favor de la confusión. 

Por ejemplo, la Luna llena de la primavera en el hemisferio norte recibía el nombre de Luna rosa. En una región de América del norte crecen las Phlox, unas flores autóctonas que son de color rosa. Esa relación llevaba a denominar a esa Luna como “Luna rosa”. Sin embargo, los medios y las noticias falsas compartidas de forma vertiginosa hicieron que la mayoría de la gente pensara que la Luna seria rosa esa noche, o peor aún, confundirlo con el fenómeno de la dispersión de Rayleigh.


La Luna más grande: un fenómeno habitual en la órbita lunar

Hay momentos del año que coincide la Luna llena con su punto más cercano a la Tierra: el Perigeo. Esto se debe a que la órbita lunar es una elipse de baja excentricidad. De este modo, naturalmente encontramos que hay puntos de la traslación lunar en donde se ubicará más cercana a la Tierra (perigeo) y otro punto en donde se encontrará más alejada (apogeo). Pero para los ojos de un observador esporádico no distinguirá ninguna diferencia de tamaño, incluso sería más probable que se dé cuenta que es un poco más brillante.

No hace falta una Luna especial para observarla. La Luna especial es aquella donde pueda observarla solo o en familia. La Luna especial es aquella donde se pueda sumergir en la luz que refleja y pueda recorrerla con un telescopio. Un cuarto creciente permite observar detalles que no se pueden observar en una Luna llena, y una Luna llena tiene como encanto su poderosa luz, su sutil salida en el mar.


Observación de detalles en la Luna

Para quien inicia sus primeras observaciones de la Luna, es importante saber que las fases tienen un papel destacado en la visibilidad de los cráteres.

La Luna llena [1] es atractiva para observarla salir del mar. Sin embargo, es la menos recomendada para ver paisajes, al estar iluminada por el Sol de frente, por ende, no hay sombras en la morfología lunar, y relieves de gran parte de la superficie queda invisible al observador. En cambio, sobre los cuartos crecientes y menguantes [2], es posible noche a noche ver impactantes paisajes de montañas, cráteres, y otros accidentes. Esto ocurre gracias a que la luz del Sol ilumina tangencialmente a la Luna, creando sombras en los relieves y realzando estos detalles para el observador.

La observación de la Luna es a menudo subestimada porque pareciera ser más fácil, esto es un error teórico y práctico. Observar la Luna en cuarto creciente, noche a noche observar un cráter o cadena montañosa con gran aumento, permite disfrutar de una riqueza geológica lunar magnifica.