La Luna rosa que fue blanca ¿Qué pasó?

La costumbre de mencionar con nombres a cada Luna llena, lleva a los que no están habituados a esta ciencia a pensar que esa Luna llena tiene algo en particular como, por ejemplo, su coloración. El último plenilunio de este fin de semana, recibió el nombre de Luna rosa. El origen de este sobrenombre está localizado en el hemisferio norte.

Para los nativos americanos, la primer Luna llena de la primavera recibía este nombre. En esa zona crecían las Phlox, unas flores autóctonas que son de color rosa. Esa relación llevaba a denominar a esa Luna como “Luna rosa”.

Este término, tiene un alto contenido simbólico para estas poblaciones originarias. Sin embargo, no existe motivo astronómico para mencionarla como especial, mística o única. Por supuesto, para nosotros siempre una Luna llena es especial, pero no por la carga simbólica del nombre que lleva (rosa) que suele desorientar al común de la gente a pensar que se observará de tal color.


Breve guía para buscar una Luna colorida
Existen tres momentos dados en donde la Luna –cambia de color- (con las debidas disculpas a nuestros colegas por tal expresión). En realidad, el secreto se encuentra en la luz y no en la superficie lunar.