Observando la Luna: El fenómeno de la X lunar

Por Eduardo Horacek

Para aquellos que disfrutan de los paisajes lunares y que poseen instrumental con pequeñas aperturas, las zonas cercanas al terminador lunar nos ofrecen siempre una buena ocasión para observar los detalles de la superficie que, con una mayor iluminación del disco lunar, van desapareciendo a medida que nos acercamos a la luna llena. 

En la zona iluminada cercana al terminador los detalles del relieve y la proyección de sombras son muy relevantes y, con un poco de aumento, la imagen adquiere toda su magnífica tridimensionalidad. Tan fascinado quedó Galileo al ver esas sombras que no dudó en calcular las alturas de montes y cráteres empleando la geometría, según el mismo refiere en su Sidereus Nuncius de 1610. 


La imagen corresponde al día 6 de junio de 2022, en donde se observó este fenómeno en la ciudad de Mar del Plata, Argentina. Lamentablemente la nubosidad no permitió utilizar aumentos altos. 


Entre la luz y la sombra... ¿Qué es la X lunar?

Una vez cada dos meses y alrededor del séptimo día de lunación, acontece un evento durante el amanecer lunar en el que un sector del relieve detrás del terminador comienza a iluminarse aun cuando sus alrededores están todavía en la oscuridad. Este fenómeno, denominado “X Lunar”, es un juego de luces y sombras que durante unas 3 horas va “imprimiendo” la forma de una brillante letra X. La iluminación a bajos ángulos del amanecer lunar y las características del relieve dadas por los cráteres Purbach, La Caille, Blanchinus y Regiomontanus son los responsables de este fenómeno. 




Nótese que no es un suceso inmediato sino que transcurren unas 3 horas hasta la formación completa de la X. Esto se debe a que, como el día lunar dura 27 días terrestres, la salida del Sol por sobre el horizonte lunar tarda mucho más que en la Tierra. Comparadas, una salida de Sol en nuestras latitudes suele durar poco más de 3 minutos mientras que si estuviéramos en la Luna deberíamos esperar unas 4 horas para ver todo el globo solar por encima del horizonte.  

Las oportunidades para observar estos escenarios lunares están indicadas en el calendario que les mostramos abajo, siendo válidas para la zona de Mar del Plata y a partir de los horarios indicados. Para aquellas oportunidades de observación diurna se recomienda evitar dirigir los instrumentos al Sol con el fin de prevenir lesiones accidentales en los ojos de los observadores.  

Estos eventos ponen de manifiesto el juego de la luz y la sombra sobre la geografía lunar durante el amanecer lunar en las cercanías del terminador (la línea que separa la región iluminada de la región en sombras de la Luna). Por capricho de los accidentes geográficos algunas regiones parecen adoptar formas particulares, en el caso que nos importa esas formas nos recuerdan las letras X y V. 




Estos fenómenos suceden todos los meses durante el sexto o séptimo día de la lunación, aunque no siempre son visibles debido a que la Luna puede estar bajo el horizonte en el momento en que se producen. En general son observables entre 5 y 6 veces por año, mes por medio, si las nubes lo permiten.

Entre la luz y la sombra, la X lunar

Una vez cada dos meses y alrededor del séptimo día de lunación, acontece un evento durante el amanecer lunar en el que un sector del relieve detrás del terminador comienza a iluminarse aun cuando sus alrededores están todavía en la oscuridad. Este fenómeno, denominado “X Lunar”, es un juego de luces y sombras que durante unas 3 horas va “imprimiendo” la forma de una brillante letra X. La iluminación a bajos ángulos del amanecer lunar y las características del relieve dadas por los cráteres Purbach, La Caille, Blanchinus y Regiomontanus son los responsables de este fenómeno. 




En la fotografía se muestra el sector lunar en donde localizar la X Lunar y V Lunar y el detalle de ambas regiones para aquellos que disfrutan de observar los paisajes lunares


Con telescopios de pequeñas aperturas y adecuada magnificación se logra la visualización de estas regiones sin mayores inconvenientes



En las fotografías se muestra el sector lunar en donde localizar la X Lunar y V Lunar y el detalle de ambas regiones para aquellos que disfrutan de observar los paisajes lunares. Con telescopios de pequeñas aperturas y adecuada magnificación se logra la visualización de estas regiones sin mayores inconvenientes.


Un paseo por el archivo

Durante el anochecer del pasado jueves 11 de noviembre de 2021, la Luna mostraba su fase de cuarto creciente recién estrenada, con una iluminación del 55% a una distancia de 376362 km. Todos los meses podemos ver esta fase pero no en todas las ocasiones se puede observar lo que se ha dado en llamar la X Lunar. 

La X Lunar es un fenómeno de iluminación que deriva en un juego de luces y sombras que adopta la forma de la letra X  sobre el lado oscuro adyacente al terminador del amanecer lunar. Algunas fuentes consideran que la X es formada por la confluencia de 4 cráteres lunares: Purbach, La Caille, Blanchinus y Regiomontanus. 

En mi opinión solo los 3 primeros cráteres tienen una verdadera participación directa en la estructura, y algunas fuentes consideran lo mismo. El secreto del efecto radica en la iluminación solar a bajo ángulo (es un amanecer lunar que se va acercando) y en la topografía del terreno que se ilumina. Hay que ver los cráteres como hundimientos del terreno y las laderas y bordes externos intervinientes (el cuerpo de la X) como terreno más alto; por lo tanto se va a iluminar antes que sus alrededores más hundidos que permanecen en la sombra.

A lo largo del año este efecto es visible un máximo de 6 veces, aunque no siempre observable desde una ubicación particular ya que en muchas ocasiones la Luna estará bajo el horizonte; además hay que contemplar la posibilidad de un horizonte despejado y por supuesto un cielo libre de nubosidad. 








Observando la Luna: Coloración de la Luna

Por Esteban J. Andrada

La tradición de asignar nombres a las lunas llenas a lo largo del año ha enriquecido la cultura en general, pero también ha generado cierta confusión. 

Un ejemplo de ello es la denominada Luna Rosa, que ha llevado a muchos a preguntarse si nuestro satélite natural adquiere realmente una tonalidad rosada. Tiene su origen en las culturas indígenas de América del Norte, quienes asociaban la primera luna llena de la primavera con el florecimiento de las flores silvestres Phlox, de color rosa. Esta conexión entre la naturaleza y los eventos celestes era fundamental en sus calendarios y creencias.

También es muy como escuchar el término "luna azul" de vez en cuando. Simplemente es un termino cultural, no de origen científico. Se refiere a la segunda luna llena en un mismo mes calendario, en ocasiones, la Luna puede adquirir un tono ligeramente azulado debido a la presencia de partículas de humo o ceniza volcánica en la atmósfera.

¿Por qué la Luna no se vuelve rosa?

A pesar de su nombre poético, la Luna Rosa no experimenta ningún cambio en su coloración. El término rosa es simplemente una designación cultural, sin base científica. La apariencia de la Luna, generalmente blanca o grisácea, tiene una coloración que está condicionada por la cantidad de luz solar que refleja y de las condiciones atmosféricas de la Tierra.

Durante un eclipse total de Luna, la Tierra proyecta una sombra sobre nuestro satélite. Sin embargo, esta sombra no es completamente oscura, sino que adquiere un tono rojizo. Esta interacción entre la luz solar, la atmósfera terrestre y la superficie lunar se puede observar durante la "totalidad" del eclipse


¿Cuándo la Luna puede parecer de otro color?

Si bien la Luna no cambia de color, existen algunas circunstancias atmosféricas que pueden hacer que se vea más rojiza o anaranjada.

  • Eclipse total de Luna: Durante eclipses lunares totales, la atmósfera terrestre filtra la luz solar, permitiendo que solo las longitudes de onda más largas (rojas) alcancen la Luna.
  • Humo y polvo en suspensión: La contaminación atmosférica, el humo o las partículas de polvo en suspensión pueden dispersar la luz azul, haciendo que la Luna se vea anaranjada rojiza, o amarronada.

Como podemos ver, los factores atmosféricos influyen en gran medida. La dispersión de la luz por partículas en la atmósfera, y el polvo, humo o gotas de agua pueden hacer que la Luna se vea más rojiza, anaranjada o incluso azulada, dependiendo de la longitud de onda de la luz que se disperse. Pero ese no es el único motivo. 

La altura de la Luna en el cielo

Cuando la Luna está cerca del horizonte, su luz atraviesa una mayor cantidad de atmósfera terrestre. Esta capa de aire actúa como un prisma, dispersando la luz azul y dejando pasar principalmente las longitudes de onda más largas (rojo, naranja y amarillo). Esto hace que la Luna se vea más rojiza o anaranjada, especialmente durante el amanecer o el atardecer. 

A medida que la Luna asciende en el cielo y se acerca al cenit (el punto más alto), su luz atraviesa una menor cantidad de atmósfera. Por lo tanto, la dispersión de la luz es menor y la Luna se ve más blanca o grisácea. Son un claro ejemplo de cómo la atmósfera terrestre puede cambiar drásticamente el color de la Luna, tiñéndola de un intenso rojo cobrizo.

Por último, la percepción del color también puede variar de una persona a otra y depender de las condiciones de observación, como la contaminación lumínica o la adaptación de nuestros ojos a la oscuridad.

Breve guía para buscar una Luna colorida

La Luna tiene una superficie grisácea, pero la percepción de su color desde la Tierra varía debido a la interacción de la luz solar con nuestra atmósfera. Existen tres momentos dados en donde la Luna cambia de color. No tiene ningún origen místico. En realidad, el secreto se encuentra en la luz y no en la superficie lunar.



Observando la Luna: Mare Nubium, el mar de las nubes

Por Eduardo Horacek

El Mare Nubium se ubica al sudeste del Oceanus Procellarum y se encuentra en la Cuenca Nubium de la cara visible de la Luna. 

Posee un diámetro de 750 km y su nombre oficial, desde 1935,  quiere decir “Mar de las Nubes” y deriva de las primeras observaciones telescópicas realizadas por el astrónomo jesuita Giovanni Riccioli en 1651. 

La gran cantidad de cráteres fantasmales y de materiales brillantes de eyección que se entrecruzan en la cuenca, dio lugar a la idea de nubes lunares, las cuales no existen, obviamente. No obstante fue bautizado con otros nombres; así hacia el año 1600, en un dibujo pre-telescópico del inglés William Gilbert aparece como “Continens Meridionalis” (Continente Austral); Langrenus lo nombró “Mare Borbonicum” y Hevelius lo llamó “Mare Mediterraneum”.


Existe clara evidencia de que la cuenca no se formó por un gran impacto único

La cuenca actual es una de las más antiguas, se cree que pertenece al sistema Pre-Nectariano (~4500 – 3900 millones de años), siendo el material que rodea a la cuenca del periodo Imbrico Inferior. Sin embargo, existe clara evidencia de que la cuenca no se formó por un gran impacto único. 

Naturaleza de Mare Nubium

Su presente morfología parece ser consecuencia de un número de colisiones importantes. Rodeada por el Mare Humorum hacia el este y por el Mare Cognitum en su límite norte, esta cuenca posee una gran diversidad morfológica y estructural que incluye unidades tanto máficas como volcánicas, parches recientes (IMP, Irregular Mare Patches), fallas (Rupes Recta), canales, crestas rugosas y cráteres complejos.

De acuerdo a los datos de misión Chandrayaan-1 (22/10/2008-28/08/2009) de la ISRO (Indian Space Research Organization), las observaciones morfológicas y la presencia de varios rasgos estructurales sugieren el rol de procesos geodinámicos de origen tanto exógeno como endógeno en la evolución de la cuenca.



Observación de Mare Nubium

Mare Nubium es observable 1 día después del Cuarto Creciente o Cuarto Menguante empleando binoculares de 7X50 o 10x50, y con telescopios de pequeñas aperturas ya comenzaran a apreciarse las estructuras que lo componen.

Oeste de Mare Nubium

El cráter situado en la orilla oeste del mare es Bullialdus, su formación data del periodo Eratosteniano (hace 3,2 - 1,1 millones de años) lo que significa que el cráter es más joven que el mare en el cual se sitúa. Bullialdus tiene un diámetro de 61 Km y una profundidad de 3500 metros; es una formación muy interesante con paredes internas aterrazadas y una importante montaña central de casi 1 Km de altura.

Sur de Mare Nubium

El cráter que se encuentra en el borde sur de Mare Nubium es Pitatus. La pared compleja de Pitatus está altamente deteriorada, y ha sido invadida por los flujos de lava. El borde es más bajo en el norte, donde la lava casi se junta con el Mare Nubium. 

Cerca del medio hay un pico central bajo que se encuentra corrido hacia el noroeste del centro. Este pico solo se eleva a una altura de 0,5 km. Pitatus es un cráter de piso fracturado (floor-fractured cráter, FFC, en inglés), lo que significa que se inundó desde el interior por la intrusión de magma a través de rajaduras y aperturas. El piso inundado del cráter contiene colinas bajas en el este y un sistema de fisuras delgadas denominadas Rimae Pitatus. 


Este del Mare Nubium

Rupes Recta, nombrada así por Birt / Lee en 1865 y conocida también como la Pared Recta, es una falla localizada en el borde Este del Mare Nubium, geológicamente hablando es una fractura en la superficie producida por el hundimiento de un bloque en uno de los lados de la falla, de una edad estimada de 3.2 millones de años. Es una formación excepcional de unos 110 Km de longitud y altura estimada en 300 metros.

En la primera fotografía también se puede observar el domo Kies Pi  y, aunque no visibles, también existen los domos en los alrededores del cráter Birt (ya muy iluminado), y los domos en el interior del cráter Capuanus (parcialmente oscurecido por el terminador). 

Los domos lunares

A diferencia de los paisajes característicos de la Luna que fueron creados por impactos, los domos lunares se formaron como resultado del propio vulcanismo interno lunar. Un domo lunar típico mide entre 8 y 12 km de diámetro con un pico o caldera de unos 300 metros de altura, sus pendientes son muy suaves de solo unos pocos grados como mucho. Su observación requiere de una iluminación solar muy baja y buenas condiciones atmosféricas. En la segunda fotografía obtenida con un terminador un poco más al oeste y con una atmósfera más propicia estas estructuras se ponen mejor de manifiesto.

En la parte inferior derecha de la primera fotografía (y sobre el lado izquierdo en la segunda captura) se puede ver el Mare Cognitum y la región del cráter Fra Mauro, donde el 5 de febrero de 1971 alunizó el módulo lunar Antares de la misión Apollo 14. 


Mare Cognitum “el mar que se ha dado a conocer

Posee un diámetro de 376 Km y está situado en el  límite norte del Mare Nubium. Los Montes Riphaeus al noroeste de la región pueden representar la parte del borde superior de un cráter enorme enterrado, conteniendo el mare.

“El mar que se ha dado a conocer”, gracias al sitio de impacto de la sonda Ranger 7, fue el nombre propuesto por Gerard Kuiper (sí, el mismo que el del cinturón de asteroides transneptunianos) quien era Investigador Principal de las misiones Ranger.

A principios de 1960 la NASA envió la serie de sondas Ranger para estudiar la Luna. Estas misiones, que fueron las primeras sondas americanas en descender sobre la Luna, ayudaron a sentar las bases del programa Apollo. Las sondas Ranger fueron diseñadas para tomar fotografías de alta calidad de la Luna y transmitirlas a la Tierra en tiempo real. Las imágenes fueron utilizadas para estudios científicos como así también para seleccionar los sitios de alunizaje de las futuras misiones Apollo.

Luego de una serie frustrante de malfuncionamientos (eran los tempranos días de la exploración espacial), las misiones Ranger 7,8 y 9 fueron exitosas. Las imágenes que enviaron de vuelta fueron 1000 veces mejores que las que podrían ser hechas por telescopios terrestres. Al norte del sitio de impacto de la Ranger 7 se encuentran dos colinas, Bonpland Gamma y Bonpland Omega que pueden verse en las fotografías y que resultan útiles como referencia del sector donde terminó su viaje la Ranger 7.