Observando la Luna: Mare Imbrium, una cuenca de impacto llena de basalto

Por Eduardo Horacek

La Cuenca Imbrium- Mare Imbrium tiene un diámetro de 1200 Km y es la cuenca de impacto más grande sobre la cara visible de la Luna; solo superada en tamaño por la Cuenca Aitken del Polo Sur, en la cara no visible, que es el doble de grande. Los estudios realizados con las muestras recogidas por la Apolo 15 estiman su edad en 3850 millones de años. 


Sus rasgos más importantes comienzan a develarse con binoculares 7x50 , y con pequeños telescopios, mostrará una creciente cantidad de rasgos topográficos

Luego de su formación, durante el periodo entre 3700-3200 millones de años antes del presente, el cráter de impacto fue rellenado por la lava procedente del magma interior lunar, de modo que el cráter original fue cubierto por un vasto mar de basalto, que al enfriarse, adoptó el color oscuro con que lo vemos actualmente.

La primera descripción que definía el origen de la cuenca del Mare Imbrium como un cráter de impacto la realizaron W. Hartmann y G. Kuiper en 1962; más recientemente en 2016, un estudio realizado por Peter H. Schultz-David A. Crawford (Origin and implications of non-radial Imbrium Sculpture on the Moon; Nature, Vol.535, 21/07/2016) estima que el impactador que creó la Cuenca Imbrium debió tener un tamaño de al menos 250 Km, lo que lo ubica en el rango de tamaño de un protoplaneta. 
Esta violenta colisión ocurrió en una época del Sistema Solar conocida como Bombardeo Pesado Tardío, un período de intenso bombardeo de cometas y asteroides que han golpeado la Luna y todos los planetas, incluyendo la Tierra, hace 4000-3800 millones de años. 
Para dimensionar la violencia del impacto y, a modo de comparación, el cráter de Chicxulub, de unos 150 Km, en la Península de Yucatán, México, fue provocado por un asteroide de 10-15 Km y fue el responsable de la desaparición de los dinosaurios hace unos 66 millones de años. 



La superficie de la Cuenca Imbrium es de casi 900000 Km2, esto representa la superficie conjunta de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, La Pampa y Mendoza; es decir 1/3 de la superficie de la Argentina


Los nombres de los accidentes selenitas

Como ha sucedido con casi todos los accidentes lunares, esta región lunar ha sido nombrada de diferentes maneras según el observador que la registraba. Hacia el año 1600, era pre-telescópica, unos dibujos de William Gilbert la nombran como Regio Magna Orientalis (Región Grande del Este; en aquella época el este y oeste se consideraban al revés que en la actualidad, el cambio fue aprobado por la UAI en 1961). 
Medio siglo después, ya con telescopio, en 1647, un mapa de Johannes Hevelius designa esta región como Mare Mediterraneum, y en un mapa de Langrenus de 1645 como Mare Austriacum. 
En 1651 el jesuita italiano Giovanni Riccioli publicó su propio mapa lunar nombrando los accidentes en honor a científicos y otras personas famosas. 

Los nombres usados por Riccioli no solamente eran más fáciles de recordar sino que su sistema de nomenclatura implicaba la promesa para astrónomos y otros científicos de que sus nombres pudieran algún día asociarse a una estructura lunar. 
Por unos 140 años, los sistemas cartográficos de Hevelius y Riccioli compitieron uno con otro. Gradualmente el sistema de Riccioli se impuso y actualmente los nombres de la gran mayoría de los accidentes lunares más importantes de la cara visible de la Luna se deben a este monje jesuita. Riccioli bautizó a esta región Mare Imbrium que en latín significa Mar de las Lluvias y la Unión Astronómica Internacional (UAI) aprobó este nombre de manera oficial el 01/01/1935.

Observación de Mare Imbrium

Distinguible a simple vista, esta interesante formación puede observarse a partir del día anterior al cuarto creciente (o 7 días después de la Luna Nueva) demorando unos 4 días en verse en toda su extensión. Sus rasgos más importantes comienzan a develarse con binoculares 7x50 o 10x50, y el empleo de telescopios, aun los más modestos, mostrará una creciente cantidad de rasgos topográficos. 



La imagen que se muestra fue tomada el viernes 3 de abril de 2020, con una Luna de 10,6 días y 77% iluminada


Como se aprecia en la imagen los cordones montañosos definen la mayoría de la morfología circular de la cuenca;  en el S-SE se elevan los Montes Apeninos con picos de hasta 5400 metros por encima del radio lunar medio. 
Más al norte y extendiéndose por unos 200 km con picos de 3650 metros, los Montes Caucasos delinean el borde entre el Mare Imbrium y el Mare Serenitatis en el este. Continuando en sentido antihorario, nos encontramos con otra cadena de montañas: los Montes Alpes. El llenado progresivo de la cuenca y el cavado del gran cráter Cassini dieron lugar a la formación de los promontorios Deville y Agassiz. El Vallis Alpes (Valle Alpino), un valle casi rectilíneo de 130 km de longitud y 10 km de ancho, interrumpe la cordillera y representa un túnel de lava que conecta la Cuenca Imbrium con el Mare Frigoris en el norte.
Hacia el oeste, nos encontramos con una cadena montañosa semicircular, los Montes Jura, con picos de 3800 metros y alguno excepcional que alcanza casi los 5000 metros. Estos montes delinean una fascinante estructura circular secundaria a la que le falta su anillo sudeste: el Sinus Iridium (Bahía del Arco Iris). 
Este cráter de 260 km fue excavado poco después de la formación de la cuenca Imbrium. Posteriormente, la recientemente formada depresión circular, 600 metros por debajo de la topografía circundante, fue rellenada por numerosos flujos de lava. Los promontorios Laplace y Heraclides son los extremos de esta cadena montañosa semicircular.

Los Montes Gruithuisen Gamma y Delta revelan hoy un vasto tramo del Mar conectando la Cuenca Imbrium con el Oceanus Procelllarum. La Dorsa Bucher y la Dorsa Arduino, junto con los Montes Delisle, Harbinger y Vinogradov representan los remanentes de la sección perdida del anillo del cráter. (Algunas de estas formaciones son visibles en la imagen pero otras están un poco al oeste del terminador y permanecían en la oscuridad al momento de obtener la fotografía)

El anillo circular proyectado reemerge en la forma de una cadena montañosa de 280 km de longitud: los Montes Cárpatos. Están caracterizados por picos de alrededor de 2400 metros, los cráteres Tobías Mayer (34 km) y Gay Lussac (27 km), y en el norte, el promontorio Cabo Banat.

Dentro de la cuenca se encuentran también pequeñas cadenas montañosas, por ejemplo en el norte los Montes Recti (altitud: 1800 m) y los Montes Teneriffe (altitud: 1450m) y en el este los Montes Spitzbergen (altitud: 1400m).
El Monte Pico y el Monte Piton, ambos de más de 2200 metros de altura, son dos montañas aisladas que se elevan en el noreste.

Junto con el Sinus Iridium, la región fotografiada nos muestra muchos otros cráteres grandes. La región sur del Mare Imbrium esta tapizada por lo brillantes rayos de eyección del cráter Copérnico (93 Km), los cuales se pueden detectar hasta casi el centro de la cuenca.

Eratóstenes (60Km) está localizado justo al sur de los Montes Apeninos, cerca del Sinus Aestuum, y está caracterizado por un elevado borde del cráter de 3900 metros y no mostrar rayos de eyección.
Arquímedes y Platón son dos cráteres de piso plano, rellenados por los materiales magmáticos del Mare Imbrium y de edad y dimensiones comparables (aprox.100 Km de diámetro y 2000 metros de altura). Aristillus y Autolycus son dos cráteres importantes que se encuentran en el Este de la cuenca, estando el primero caracterizado por un sistema de valles que radian hacia el Mare Imbrium y el Palus Nebularum. 
Otros cráteres importantes dentro del Mare Imbrium son  Cassini (57 km)Timocharis (35 km)Lambert (30 km)Euler (28 km)Delisle (25 km)Diophantus (18 km)Le Verrier (20 km), todos ellos con una altitud de alrededor de 2400 metros.

En la imagen se señalan, en forma aproximada, la región de alunizaje de 3 sondas (2 soviéticas y una china) y una misión tripulada (misión Apolo 15 de la NASA).

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MAPA LUNAR
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Observando la Luna: El cráter Copérnico y sus alrededores

Por Eduardo Horacek

El área lunar que comentaremos a continuación ha sido objeto de intenso estudio incluso desde la era pre-Apolo, gracias a la confluencia de múltiples estratos geológicos. El estudio de la estratigrafía lunar es crucial para comprender la cronología de las formaciones que observamos. Las misiones Apolo, de hecho, fueron estratégicamente dirigidas a sitios específicos con el fin de obtener rocas y material geológico que esclarecieran su edad y composición.

El sector lunar que se detalla es una región muy interesante y estudiada desde la época pre-Apolo debido a que en ella coinciden varios estratos geológicos. El estudio de la estratigrafía lunar nos permite conocer, entre otras cosas, la edad en la tuvieron su origen las formaciones que observamos y, de hecho, las misiones Apollo fueron enviadas a localizaciones predeterminadas con el objetivo de recoger rocas y material geológico que permitieran dilucidar su edad y composición. 

En la foto referenciada está indicado en forma aproximada el lugar de alunizaje de las misiones Apolo 12 y Apolo 14 (la malograda misión Apolo 13 tenía como punto de alunizaje un sitio cercano al de la Apolo 14)


Esta sección lunar muestra en su región norte (abajo-izquierda) parte de la Cuenca Imbrium cuya formación y desarrollo da cuenta del Periodo Imbrico que tuvo lugar hace 3850 millones de años y 3200 millones de años; su límite sur y sudeste muestra dos formaciones montañosas los Montes Cárpatos y los Montes Apeninos. 

En el centro de la imagen coexisten superpuestos varios estratos geológicos, los más importantes están representados por dos cráteres que le dan su nombre a los periodos: Eratóstenes (Periodo Eratosteniano hace 3200 millones de años -1100 millones de años) y Copérnico (Periodo Copernicano hace 1100 millones de años hasta el presente). Al sur Mare Cognitum pertenece al periodo Imbrico, mientras que el Mare Insularum y el Sinus Aestuum son aún más antiguos  

El cráter Copérnico 

Es una formación “joven”, 800 millones de años, de forma hexagonal. Su posición central y aislada lo destaca de su entorno inmediato transformándolo en uno de los accidentes lunares favoritos de la observación. Sus brillantes rayos de eyección se distribuyen radialmente hasta distancias superiores a los 500 Km, adentrándose bien en Mare Imbrium al norte. Sus laderas son muy escarpadas y tortuosas elevándose 900m sobre el nivel del Mare Insularum y sobre las que se apoyan los cráteres Fauth al sur y Gay Lussac al norte.

Observación de Copérnico 

Puede observarse a partir de 2 días después del primer Cuarto empleando binoculares y telescopios de pequeña apertura. Tiene un diámetro de 93 Km y unos 3,6 Km de profundidad; acantilados de 900 m, y pueden observarse deslizamientos en sus laderas interiores. Los picos centrales forman un pequeño macizo montañosos de 1200 m de altitud y unos 15 Km de longitud.  

El hombre detrás del nombre

Fue nombrado en honor al astrónomo polaco del siglo XVI Nicolás Copérnico (1473 - 1543) autor de la obra “De revolutionibus orbium coelestium” en 1543, en la que presentaba un sistema heliocéntrico, en donde la Tierra y los planetas giraban alrededor del Sol, abriendo el camino al cambio del paradigma Aristotélico. 

Su nombre fue propuesto por el astrónomo jesuita italiano Giovanni Riccioli en 1651 en su Almagestum Novum continuando su vigencia hasta nuestros días. Sin embargo otros reconocidos astrónomos contemporáneos de Riccioli le dieron otros nombres que no perduraron en el tiempo; así en 1630 Gassendi lo llamó Carthusia; Langrenus en 1645 lo denominó Philippi IV y; Johannes Hevelius en 1647 nombró al cráter Mons Aetna y a su manto de eyección más brillante Insula Sicilia.

A unos 200 Km al ENE de Copérnico encontramos el cráter Eratóstenes, otra magnifica formación circular situada en el extremo sur de los Montes Apeninos. Tiene un diámetro de 60 Km y una altura de 3570m; sus paredes son muy altas con terrazas y su suelo es plano y no tan extenso como el de Copérnico. En su centro puede observarse una montaña con varias cumbres. Este cráter es observable 1 día después del Cuarto Creciente con telescopios de pequeña apertura. No se observan rayos brillantes puesto que están cubiertos por el material eyectado de su vecino Copérnico. Precisamente esta observación es muy importante a la hora de precisar una escala de  tiempo; Eratóstenes es más antiguo que Copérnico. Ninguna misión recogió muestras lunares cercanas al cráter Eratóstenes para datarlas adecuadamente, por lo que su origen solo podemos ubicarlo en algún momento del amplio periodo Eratosteniano.

Nuevamente fue Riccioli en 1651 quien le dio el nombre, actualmente vigente, en honor al matemático y filósofo griego Eratóstenes de Cirene (276AC-194 AC) quien fuera Director de la Biblioteca de Alejandría y quien realizara la primera medida de la circunferencia de la Tierra usando la sombra de una vara proyectada por el Sol y trigonometría elemental. Al igual que lo comentado para Copérnico, los mapas confeccionados por los otros astrónomos de la época mostraban otros nombres para este cráter; Langrenus lo denominó Haro y Hevelius Insula Vulcania.


Geología lunar

Los cráteres de impacto son producidos por la colisión de un meteorito o cometa con la superficie de la Luna, lo que provoca la eyección de material dando lugar a la formación de un cráter. Los cráteres lunares pequeños, de menos de 15 km de diámetro, tienen una morfología en forma de tazón, o cuenco, relativamente simple. Los cráteres más grandes tienen formas más complejas incluyendo pisos planos, picos centrales, terrazas, y bloques de asentamiento a lo largo del interior del borde del cráter.



El cráter Copérnico jugo un rol clave cuando los primeros geólogos lunares, Gene Shoemaker y Robert Hackman, develaron la estratigrafía básica de la Luna hace 50 años. La estratigrafía es la ciencia que determina las edades relativas de los materiales geológicos por observación de las relaciones superpuestas entre las diferentes unidades geológicas. ¿Qué es una unidad? En el caso de la Luna, las unidades geológicas más básicas incluyen las eyecciones de los cráteres, los mares basálticos, ceniza volcánica, y la antigua corteza de las tierras altas. 

El Dr. Shoemaker y sus colegas notaron que los rayos de diferentes cráteres exhibían albedos que iban desde los muy brillantes (cráter Aristarco) hasta los apenas visibles (cráter Copérnico). Correctamente infirieron que los rayos se desvanecían con el tiempo como consecuencia de los impactos de micrometeoritos y a la exposición de los efectos implacables del viento solar, procesos a menudo referidos como “efectos del clima espacial” (“space weathering”). Al trazar el camino de los rayos, las edades de muchas unidades pueden ser fácilmente determinadas.

Justo al Este del cráter Copérnico puede verse a Eratóstenes (60 Km), otro cráter clave de la historia estratigráfica lunar revelada por Shoemaker y sus colegas. Estos dos cráteres vecinos se ven muy parecidos en cuanto al buen estado de sus características morfológicas (bordes, paredes y pico central), sin embargo Eratóstenes no muestra rayos ya que estos han sido completamente borrados incorporando su material a la superficie de fondo. El hecho de que Eratóstenes no posea rayos muestra que es más antiguo que Copérnico, aunque no tanto puesto que mantiene una forma bien definida y poco desgastada. Así que Eratóstenes es, en la escala lunar de tiempo, un cráter de “edad mediana”. 

Cuando la escala temporal de la Luna fue descifrada los científicos no tenían muestras lunares para determinar con exactitud las edades absolutas de las unidades geológicas que identificaron.

Más tarde, las muestras recolectadas por los astronautas de la misión Apolo 12 y consideradas ser material de eyección de Copérnico, fueron datadas radiométricamente en unos 800 millones de años. Para los estándares terrestres 800 millones de años es ciertamente una edad muy antigua pero representa una joven edad para la Luna. No se poseen muestras provenientes de Eratóstenes por lo que su edad absoluta solo se puede inferir del conteo de los pequeños cráteres que se han formado sobre sus eyecciones y en su interior. A la fecha nuestro conocimiento de las edades de las unidades Copernicanas y Eratostenianas están pobremente establecidas. La obtención de muestras de áreas clave dentro de estos dos periodos es de alta importancia entre los científicos lunares.

A medida que los científicos aprendían más de la Luna por los datos aportados por los programas Lunar Orbiter (5 misiones, lanzadas entre el 10 de agosto de 1966 y el 1 de agosto de 1967) y Apollo (1961-1972), la escala de tiempo lunar se fue refinando. No obstante el trabajo de Shoemaker y Hackman aún continúa representando nuestro conocimiento básico de la estratigrafía lunar. Ciertamente los resultados del Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) y de tres misiones internacionales (SELENE/Kaguya, Chang’e-1, and Chandrayaan-1) generarán varias oportunidades para revisar las ideas del pasado.

Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO), lanzamiento: 18 de junio de 2009; Estado: Activa Agencia: NASA (https://lunar.gsfc.nasa.gov/)

SELENE/Kaguya, lanzamiento: 14-09-2007, Estado: Finalizada; impacto controlado en la superficie lunar el 10 de junio de 2009, duró 1 año y 8 meses. Agencia: JAXA (Agencia de Exploración Aeroespacial Japonesa)

Chang’e-1,  lanzamiento: 24 de octubre de 2007;  Estado: Finalizada; impacto controlado en la superficie lunar el 1 de marzo de 2009. CNSA (Agencia Espacial Nacional China)

Chandrayaan-1, lanzamiento: 21 de octubre de 2008; Estado: Finalizada, la sonda dejó de funcionar el 28 de agosto de 2009. Agencia: ISRO (Organización India de Investigación Espacial) 




Observando Venus, el lucero del alba

Por Esteban J. Andrada

Mencionado por músicos y poetas como “el lucero del alba”. Observable después del atardecer, y en otras ocasiones antes del amanecer, Venus es un planeta cambiante en su tamaño aparente. 

Cuando se encuentra con una fase creciente o menguante, inferior al 50%, adquiere notablemente un mayor tamaño aparente en el campo de un pequeño telescopio. Caso contrario, en su fase gibosa, adquiere un tamaño aparente decepcionante para quien lo observó en la fase menguante o creciente. Todo esto se debe a la naturaleza de su órbita, nuestra posición con respecto a Venus, y su traslación alrededor del Sol. 

Venus es el segundo planeta del Sistema Solar. A su vez para los observadores terrestres, se trata del planeta más brillante de todos. Con una magnitud negativa (-4 en promedio), supera cómodamente a la estrella más brillante del firmamento, Sirio (-1.4). 

El "Lucero" suele ser un espectáculo bañado por las luces del alba. Durante el año, Venus al igual que Mercurio (planetas internos) describen un trazo parabólico antes del amanecer, y en otros momentos después del atardecer. Esto se debe a lo mencionado: planetas internos y la perspectiva en nuestra posición del Sistema Solar, literalmente estamos observando hacia adentro del mismo.



Datos claves sobre Venus

Con un tamaño ligeramente menor a la Tierra (Venus D=12.104 km. Tierra D=12.742 km), es el segundo planeta del sistema solar, luego de Mercurio. Su distancia del Sol es de unos 108.208.930 km. Su inclinación es menor que la terrestre, unos 177°.

Tal vez un dato interesante es su periodo de rotación, unos ¡343 días! Casi un año terrestre es un día en Venus. El sentido de su rotación es contrario a la conocida en la Tierra, (rotación retrograda) y lo coloca en una posición singular con respecto a lo comentado, aunque Urano también tiene una rotación retrógrada. Sin embargo, el eje de rotación de Urano (97.86°) lo hace técnicamente sobre su mismo plano orbital.

Pero el dato más comentado es su efecto invernadero. Posee grandes capas en los extractos superiores de la atmósfera que generan un caparazón térmico, permitiendo ser recalentada por el sol, y negando la salida del calor que genera el planeta, que por cierto es mucho. El promedio de su temperatura en superficie es 460°c, siendo el lugar más hostil para cualquier nave espacial terrestre.

Un 90% de la superficie consta de un basalto recientemente solidificado (en términos geológicos) y su superficie con muy pocos cráteres de meteoritos, que responde a la constante actividad geológica del planeta. Las formaciones más antiguas presentes en Venus se calcula que no tienen más que 800 millones de años. Algunos geólogos plantean la teoría de un gran cataclismo geológico en algún pasado.

Un planeta que marca la diferencia en la observación 

Para mostrar lo “raro” que puede ser observar este planeta para los iniciados que comenzaron a observar planetas como Júpiter y Saturno, es que se debe tener en cuenta factores como los anteriores citados. Venus es un planeta perfectamente observable a simple vista durante el día, aunque se requiere agudeza visual y tener una visión por encima de 70/100. Se observa como un punto blanco en el fondo celeste del día.


Un pequeño telescopio muestra sus fases, que son cambiantes, al igual que su distancia lineal a la Tierra. Por temporadas, el disco de venus es apenas una pequeña esfera casi puntual, en fase llena. Sin embargo, en sus cuartos crecientes o menguantes, posee un tamaño aparente realmente interesante, aun con los más pequeños telescopios, y sospechable con binoculares 7x50. Esta relación tamaño aparente – distancia, hace que su magnitud sea dentro de todo estable durante todo el año.

¿Qué detalles en su superficie se observan? 

En realidad, la densa atmósfera impide percibir cualquier detalle en su superficie [1]Los aficionados avanzados que se dedican especificamente a la observacion planetaria, tienen algunos filtros especiales que permiten percibir algún detalle de las formas de las nubes. Estos filtros además de ser caros y específicos, requieren telescopios con aperturas de medianas a grandes, y buena calidad óptica. 

Venus es un planeta que puede servir para comprobar la órbita planetaria alrededor del Sol, es decir la teoría heliocéntrica. 

Este experimento puede hacerse simplemente marcando o fotografiando la posición del planeta durante todo el año (exceptuando los momentos donde esta visualmente tan próximo al Sol que es arriesgado observarlo).


Recomendaciones en su observación

Observar a venus requiere de un este o un oeste despejado. Sus fases son observables con pequeños instrumentos. Cuando Venus se encuentra en su fase creciente o menguante, es interesante observarlo durante el día con telescopios. Venus es tan brillante, que (al igual que la Luna) es observable durante el dia. 

¿Que ventaja obtenemos si lo observamos de dia? 

Aunque es un desafío ubicar un punto blanco en el manto celeste de un cielo despejado, la realidad es que la atmósfera terrestre actuará como filtro natural, permitiendo observar una silueta del planeta más definida, y al estar alto en el cielo, una vista más estable que durante el atardecer. Además, la ventaja que observar cualquier planeta cerca del meridiano terrestre (cuando alcanza su máxima altura) es que permite una mayor estabilidad en la imagen, contrariamente a cualquier objeto cercano al horizonte, donde la luz debe atravesar mayor cantidad de atmósfera y donde se suman mayores cantidades de turbulencias. 


Venus durante 2023: Al atardecer

La segunda parte del año tiene como particular característica a un Venus brillante iluminado en junio de 2023 al 50 % y con un interesante tamaño aparente en el campo de un pequeño telescopio. Observable luego del atardecer, por lo que la principal ventaja es la de no madrugar. Desde septiembre hasta fines de diciembre inclusive, mostrará un progresivo crecimiento de su tamaño aparente, y un progresivo menguar de su disco. 

Para julio de 2023, el planeta estará con mayor tamaño aparente y su disco iluminado a un 30%, a unos 20° luego de la puesta del Sol, y obviamente observable durante el día como un pequeño punto en el manto celeste de un cielo despejado. Con unos binoculares, con mucho cuidado de no apuntar al Sol, se lo podrá ubicar como una pequeña "cuña" blanquecina.

En agosto de 2023, será difícilmente ubicable, a unos 15° del Sol, lo hace un objeto de mayor tamaño aparente, pero iluminado a un 5%. Cada atardecer estará aun mas cercano al horizonte. Será un lucero mimetizado con el manto del crepúsculo, Si desea observarlo de día se situara dia a dia más cercano visualmente al Sol, y por tanto, deberá tomar recaudos MUY serios para no apuntar accidentalmente al Sol con un instrumento óptico y sufrir daño ocular.  


Venus durante 2023: Antes del amanecer

Para fines de agosto, el lucero pasará del cielo de la tarde, al cielo de la madrugada. En ese momento el término popular "lucero del alba" será técnicamente correcto. De esta forma, en septiembre de 2023 será observable a pocos grados sobre el punto cardinal este, antes del amanecer, iluminado en ese mes al 7% en tendencia creciente.

Madrugada a madrugada ira ganando altura sobre el cielo este, y al mismo tiempo su fase creciente ira haciendo que vaya completando su disco. A su vez, irá perdiendo tamaño aparente en el telescopio, todo relacionado a lo que comentamos al inicio del artículo. 

Venus es un planeta interesante para observar cuando esta en fase menguante o creciente. Nos da la sensación que es un verdadero mundo. Es observable de día, requiere un pequeño telescopio para observar sus fases, y como si fuera poco, su observación en la antigüedad ayudó a confirmar la teoría heliocéntrica.

Las recomendaciones ya están dadas, ahora ¡a disfrutar de las tardes de la próxima primavera y verano, junto al lucero del alba! 



NOTAS

[1] De los planetas rocosos (En orden desde el Sol: Mercurio, Venus -Tierra- Marte) solo en Marte es posible observar detalles de su superficie con un buen instrumental y en una noche serena. 

Algunos aficionados muy avanzados y con mucha técnica han observado pocos detalles de la superficie de Mercurio, pero requiere experiencia, buen instrumental y un horizonte despejado, ya que Mercurio no gana altura en el cielo. Pese a ello, es posible con mucha potencia y un buen telescopio, observar sus fases, que se comportan de similar forma que las de Venus.
Mercurio es un planeta difícil, condicionado por factores físicos reales (cercanía al Sol) y por otra parte, debido a nuestra posición en el Sistema Solar.