Postales del cielo (2019 - 2022)

La siguiente colección contiene algunos de los fenómenos más hermosos que el ser humano puede contemplar. Desde eclipses, pasos de cometas, hasta fenómenos atmosféricos


Durante la medianoche del 21 de enero de 2019, se pudo apreciar un breve destello durante el eclipse total de Luna (imagen 1), que resultó ser una roca que impactó en su superficie. Durante el recordado año 2020, tuvimos dos interesantes ocultaciones de Marte por la Luna, como la del 2 de octubre de 2020 (imagen 2).

En el último mes del difícil 2020, propiamente el 14 de diciembre, pudimos contemplar un impactante eclipse total de Sol (Imagen 3), visible de forma total en una estrecha franja de la provincia de Rio Negro, Argentina. En la Imagen se puede observar el breve anillo de diamante culminando de esa forma la totalidad.

El 3 de abril de 2021 se pudo apreciar localmente un destello verde antes de la salida del Sol (imagen 4) que corresponde a un fenómeno de descomposición de los colores y la dispersión de los mismos. Durante el invierno austral, los aficionados y profesionales de todo el mundo pudieron contemplar a la nova RS Oph en los cielos, visible con binoculares y telescopios (imagen 5).

Luego de la puesta del Sol, durante el 6 de diciembre de 2021 (imagen 7) los observadores disfrutamos de una preciosa conjunción Luna - Venus. La Luna sutilmente iluminada tanto por la luz directa del Sol, como por el tenue reflejo de la superficie terrestre, lo que corresponde al efecto de “Luna cenicienta”, acompañada de Venus se convirtió en una postal viva.

El año 2021 cerraría con el hermoso cometa Leonard (C/2021 A1) visitando los cielos australes, accesible con binoculares y telescopios, y en cielos rurales percibido muy débilmente a simple vista.

2022 tiene como fenómenos centrales durante la primera mitad del año a los eclipses. El 30 de abril de 2022 tuvimos un eclipse parcial de Sol (imagen 8) observable para los habitantes de Argentina y Chile. No fue un eclipse total en ningún punto geográfico, sino parcial.

Noches después, durante la medianoche del 16 de mayo de 2022, los habitantes del continente americano pudimos apreciar un eclipse total de Luna (imagen 9). Para los habitantes del continente americano será el último por un buen tiempo. El próximo eclipse de Luna completamente observable será el viernes 14 de marzo de 2025, en la constelación del León (Leo).

El firmamento siempre ofrece espectáculos, algunos de ellos predecibles, otros sorpresivos. Algunos lentos, otros rápidos y fugaces. Siempre en la vida de un aficionado hay expectativa, sorpresa y disfrute en observar el cielo.


Oriónidas ¿Qué esperar de ellas?

¿Quién no ha querido observar alguna vez una lluvia de estrellas? Fuente de inspiración, y también de temor, hoy sabemos que las estrellas fugaces están relacionadas con los fragmentos de polvo y hielo, que en algún momento se desprendieron de cometas que pasaron por la órbita de la Tierra alrededor del Sol.

Cuando la Tierra atraviesa dicha nube de fragmentos, éstos entran a la atmósfera a varios kilómetros por segundo, lo que provoca un fenómeno luminoso causado por la ionización del aire cuando el meteoroide atraviesa nuestra atmósfera, y es lo que el observador percibe desde la superficie terrestre a simple vista como un destello.

En resumen, podemos reunir un grupo reducido de lluvias principales para tener en cuenta durante el año, sabiendo obviamente que existen otras que tienen un promedio horario mucho menor. 




Oriónidas de octubre

Es tal vez la más famosa lluvia de estrellas junto a las Perseidas, sin embargo, no es la lluvia meteórica más importante en cuanto a la cantidad observada por hora. Ademas, debido a su progenitor y a la constelación donde se produce, la hace una de las más famosas de las lluvias meteóricas. Por su posición es observable en todo el mundo, y con tintes nostálgicos para los que alguna vez observaron al Halley. [2]



¿Cuándo y dónde mirar?

Durante la medianoche del 21 de octubre (probablemente también el 22) es posible encontrar el máximo de esta actividad meteórica. Para disfrutar de las Oriónidas, basta con acostumbrar los ojos a la oscuridad, y estar atentos hacia el cielo del noreste, siguiendo durante el transcurso de la noche a la constelación de Orión. 

Una forma sencilla de ubicar la cercanía del punto de donde parecen surgir estos meteoros (llamado radiante) es ubicar a las famosas Tres Marías. No hay que sectorizar una porción del cielo, debemos estar atentos a todo cielo despejado posible.


Algunas consideraciones

La TZH (Taza cenital Horaria) es un promedio realizado a partir de un cielo totalmente despejado en condiciones máximas, esto es un cielo de desierto, con nula contaminación lumínica y sin obstáculos (arboles, paredes, edificios). Todo lo dicho anteriormente es un atenuante de la cantidad de meteoros que podemos observar.

Por esa razón, es poco aconsejable observar una lluvia de estrellas en una zona urbana. A medida que nos alejamos de la contaminación lumínica, las condiciones son más favorables para ampliar la cantidad de meteoros a observar.

Observar tranquilamente sin cansarse es lo primordial a la hora de observar una lluvia de estrellas. A diferencia de otro fenómeno celeste, una simple bajada de guardia puede hacernos perder una estrella fugaz. Esas bajadas de guardia a veces se dan por la incomodidad. Una buena forma de disfrutar de este fenómeno es utilizar reposeras y buen calzado, para evitar calambres y cansancio.


Un factor clave en la era de las pantallas

Adaptar los ojos a la oscuridad es la ventana a observar un cielo colmado de estrellas. Como bien sabrá, los ojos tienen unos diafragmas naturales que obturan la entrada de luz. Instantáneamente ante una fuente o destello de luz intensa, la pupila reacciona y se achica. 

Por otra parte, si estamos unos 15 minutos en la oscuridad, la pupila se dilata para optimizar el ingreso de luz más tenue. Este último proceso es muy gradual, y se puede perder la adaptación a la oscuridad en un instante si se expone a una pantalla. Por esa razón es muy importante NO ver pantallas de celulares, cámaras o tabletas, durante una observación astronómica.


Mínimos y máximos de actividad

Por la naturaleza de los restos de escombros que deja un cometa o asteroide, es natural entender que estos escombros no se repartes homogéneamente en la órbita de dicho objeto. En el caso de las Oriónidas, tuvo picos máximos en 2006 y 2009.

En particular, la noche del 22 de octubre de 2006 la Tierra encontró una nube de partículas superior a la habitual. Frente al promedio habitual (en torno a los 20-25 por hora) se encontraron picos de 50 meteoros por hora, recordemos, en cielos rurales.
En 2009, nuevamente se encontró la Tierra ante escombros del Halley similar a la del 2006 en cuanto a densidad de escombros. En contraste, hacia 2019 se encontró con mínimos de densidad. 

Las Oriónidas son una lluvia de estrellas moderada, en donde múltiples factores entran en interacción, por lo que es mejor esperar ver algunos meteoros por hora, y disfrutar de un grato momento solo, con amigos o familia.

 

NOTAS

[1] La lluvia de estrellas Gemínidas tienen como progenitor al asteroide (3200) Faetón. En consecuencia, es una lluvia de estrellas con características distintas a otras (meteoros brillantes, lentos y a menudo verdes). Las Leónidas son una lluvia de estrellas con picos intensos cada 33 años. Son conocidas por las anécdotas históricas que existen sobre ellas.

[2] El progenitor de esta lluvia meteorica es el cometa Halley, catalogado oficialmente 1P/Halley, es un cometa de período corto visible desde la Tierra cada 75–79 años.