El eje de Saturno está inclinado a 26.7 grados. Por lo tanto, vemos los anillos desde varios ángulos a medida que el planeta orbita alrededor del Sol. Dicho esto, los anillos están de perfil en dos puntos de su órbita, y en máxima inclinación también en dos puntos de su órbita.
Los anillos de perfil son visibles desde la Tierra aproximadamente cada 14 años. Durante esta etapa, parece que Saturno pierde su encanto: una tenue línea parece dividir el ecuador del planeta, sin mostrar mayor detalle. Este año, 2025, es el año en donde los anillos alcanzan a verse de perfil a través de un telescopio. La última vez fue en 2009.
Sin embargo, durante estos periodos de mínima visibilidad, ocurren otros fenómenos desafiantes para los observadores: los tránsitos de las lunas sobre el planeta y las ocultaciones de estas lunas. La más "sencilla" (si se puede considerar así) es Titán, la luna más grande de Saturno. Además de observar el transito de Titan, lo interesante es ver la sombra proyectada en Saturno, un fenómeno familiar para aquellos observadores que hemos seguido esos fenómenos en Júpiter.
Luego, al pasar los años, los anillos se ven con todo su encanto, dando la llamada "máxima inclinación" visible desde la Tierra. La próxima "máxima inclinación" será en 2030.
La paciencia en la observación planetaria, un factor clave
Para disfrutar de la observación planetaria, es fundamental contar con tres elementos claves. En primer lugar, se requieren buenas condiciones del cielo (no basta con que esté despejado, sino que la atmósfera debe ser estable). En segundo lugar, es esencial un buen instrumento; no hay que dejarse engañar por un telescopio grande, ya que la prioridad es la buena calidad óptica. Por último, la paciencia será crucial para esperar el momento ideal y aprovechar las mejores condiciones para la observación.