Observando cúmulos globulares

Por Eduardo G. Horacek

Los cúmulos globulares son agrupaciones estelares fascinantes que pueblan los halos de las galaxias, incluyendo la nuestra, la Vía Láctea. Se caracterizan por ser densas concentraciones de cientos de miles, e incluso millones, de estrellas muy antiguas, unidas gravitacionalmente en una forma esférica o casi esférica.

A diferencia de los cúmulos abiertos, que son más dispersos, los cúmulos globulares contienen una enorme cantidad de estrellas compactadas en un volumen relativamente pequeño. Esto los convierte en algunos de los objetos más densos del universo. Por otra parte, las estrellas que componen los cúmulos globulares son generalmente muy viejas, formadas en las primeras etapas del universo. Esto las convierte en valiosas herramientas para estudiar la evolución estelar y la historia de las galaxias.

La fuerza gravitatoria que une a las estrellas en un cúmulo globular hace que adopten una forma esférica o casi esférica. Los cúmulos globulares orbitan alrededor del centro de las galaxias en extensos halos. En la Vía Láctea, se conocen alrededor de 150 cúmulos globulares.

Uno de los rasgos importantes de estas formaciones son que suelen tener una baja metalicidad, es decir, una baja proporción de elementos más pesados que el helio. Esto se debe a que se formaron en una época temprana del universo, cuando la cantidad de metales era menor.


M4, un pequeño y sutil cúmulo globular 

A una distancia de 7200 años luz, nos llega al lente de nuestro telescopio la tenue luz de un hermoso y característico cúmulo globular: M4. 
No es tan grande y brillante en el campo del ocular como Omega Centauri o como M13, sin embargo, este sutil objeto ubicado a pocos grados de Antares (Alfa Escorpio) se nos muestra esquivo con pequeñas aperturas.
Este cúmulo es detectable como un parche nuboso con binoculares 7x50 o 10x50. La observación periférica (observando de reojo o vista lateral, una técnica de observación indirecta) puede ayudarnos a detectar estrellas individuales, siempre y cuando tengamos un telescopio mediano y la calidad de cielo nos acompañe.

Fotografía: M4  a través de un telescopio reflector de 8" realizada por Eduardo Horacek (Trapecio Austral - Astronomía) 

Fue descubierto por Philippe Loys de Chéseaux en el año 1746 y más tarde catalogado por Charles Messier en 1764. Este fue el primer cúmulo globular donde se distinguieron estrellas individuales.

En estas noches seguramente muchos aficionados pasean por la rica densidad de los cielos de invierno (para los habitantes del hemisferio sur). Constelaciones repletas de zonas de gas y polvo estelar proporciona un marco simplemente espectacular para recorrer con binoculares en el campo, lejos de la ciudad. Durante la medianoche en invierno, estas constelaciones son visibles prácticamente sobre nuestras cabezas, en especial para los habitantes debajo del trópico. 

Escorpio (donde se ubica M4), Sagitario y otras constelaciones de alrededores responden al área “geográfica” (si se permite la expresión) perteneciente al centro y cercanías del centro de la Vía Láctea. Sin lugar a dudas, M4 solo es el inicio de un recorrido placentero por estas constelaciones ricas en objetos celestes, un recorrido que podremos hacer en cada invierno de nuestras vidas. 

47 Tucanae, un hermoso cúmulo globular del hemisferio sur

47 Tucanae (NGC 104) o simplemente 47 Tuc es un cúmulo globular situado en la  constelación Tucana.
Se encuentra a unos 16.700 años luz de la tierra y tiene un diámetro de unos 120 años luz.
Los cúmulos globulares son poblaciones de centenares de miles o millones de estrellas viejas (más de mil millones de años), mantenidas unidas por efecto del campo gravitatorio que generan en conjunto.
Hay reconocidos unos 147 CG en nuestra Galaxia, se distinguen por su riqueza en estrellas débiles, por su fuerte concentración central y su forma aproximadamente esférica.
Debido a que sus orbitas son muy excéntricas, se encuentran distribuidos desde el centro galáctico hasta las lejanas regiones del halo de la Galaxia.
Los CG son muy antiguos, por lo que su estudio puede revelarnos como fueron las primitivas fases de la formación de la Galaxia.

Datos de captura
Fecha y hora de disparo: 25/11/2017; 23:57:43
Tv(Velocidad de obturación): 86 seg
Velocidad ISO: 800

Es el segundo cúmulo globular más brillante después de Omega Centauri, y fue descubierto por Nicolás Louis de Lacaille en 1751.
Desde un cielo rural puede verse a simple vista, con una magnitud visual de 4,0.
Desde la ciudad y con unos binoculares 10x50 lo observaremos algo pequeño y nebuloso, con un núcleo concentrado y brillante.

Con telescopios refractores de aperturas de 90-100 mm  se lo verá más grande, con un centro evidente y brillante, con los bordes exteriores difuminados. Con la vista aclimatada a la oscuridad se insinúan algunas de las estrellas exteriores.
En un telescopio de 200 mm de apertura lo veremos redondeado con un núcleo compacto y brillante, y descompuesto en miles de estrellas, mostrándose soberbio, una verdadera gema de los cielos australes.
En la fotografía, sobre el borde inferior izquierdo, puede verse al pequeño cúmulo globular NGC 121. Este cúmulo fue descubierto en 1835 por el astrónomo inglés John Herschel y no pertenece a la Vía Láctea sino que forma parte de la Pequeña Nube de Magallanes.
Tiene una edad estimada en 10000 millones de años convirtiéndolo en el cúmulo globular más viejo de su galaxia.
El trazo luminoso que ocupa la región inferior derecha de 47 Tuc corresponde a un satélite que, distraídamente, surcaba el campo fotográfico al momento de la toma.


A una distancia de 7200 años luz, nos llega al lente de nuestro telescopio la tenue luz de un hermoso y característico cúmulo globular: M4. 
No es tan grande y brillante en el campo del ocular como Omega Centauri o como M13, sin embargo, este sutil objeto ubicado a pocos grados de Antares (Alfa Escorpio) se nos muestra esquivo con pequeñas aperturas.
Este cúmulo es detectable como un parche nuboso con binoculares 7x50 o 10x50. La observación periférica (observando de reojo o vista lateral, una técnica de observación indirecta) puede ayudarnos a detectar estrellas individuales, siempre y cuando tengamos un telescopio mediano y la calidad de cielo nos acompañe.

Fotografía: M4  a través de un telescopio reflector de 8" realizada por Eduardo Horacek (Trapecio Austral - Astronomía) 

Fue descubierto por Philippe Loys de Chéseaux en el año 1746 y más tarde catalogado por Charles Messier en 1764. Este fue el primer cúmulo globular donde se distinguieron estrellas individuales.

En estas noches seguramente muchos aficionados pasean por la rica densidad de los cielos de invierno (para los habitantes del hemisferio sur). Constelaciones repletas de zonas de gas y polvo estelar proporciona un marco simplemente espectacular para recorrer con binoculares en el campo, lejos de la ciudad. Durante la medianoche en invierno, estas constelaciones son visibles prácticamente sobre nuestras cabezas, en especial para los habitantes debajo del trópico. 

Escorpio (donde se ubica M4), Sagitario y otras constelaciones de alrededores responden al área “geográfica” (si se permite la expresión) perteneciente al centro y cercanías del centro de la Vía Láctea. Sin lugar a dudas, M4 solo es el inicio de un recorrido placentero por estas constelaciones ricas en objetos celestes, un recorrido que podremos hacer en cada invierno de nuestras vidas. 


Omega Centauri, el rey de los cúmulos globulares 

Omega Centauri es un cúmulo globular en la constelación del Centauro considerado el más espectacular de todo el firmamento y el más masivo de nuestra galaxia. Contiene más de 10 millones de estrellas y se le estima una masa total de 4 millones de masas solares. 

Se cree que posiblemente sea el remanente del núcleo de una galaxia elíptica capturada por la Vía Láctea; el descubrimiento de un agujero negro en su centro, de unas 40000 masas solares, apoya esta teoría. Para localizarlo debemos mirar hacia el centro de la constelación Centauro, al nordeste de la Cruz del Sur, continuando la línea imaginaria que une las estrellas Hadar y ε Cen.

Ficha técnica 
Fecha y Hora de disparo: 10/02/2019; 01:02:11 ARG
Lugar de observación: Villa Laguna La Brava
Tiempo de exposición: 60 seg
Velocidad ISO: 3200
Técnica Foco Primario sobre Telescopio Reflector SW 200/1000 NEQ 5


Desde cielos sin contaminación lumínica se lo puede distinguir a simple vista y, con binoculares y telescopios de aperturas pequeñas, se podrá comprobar su forma achatada. La vista con telescopios de aperturas mayores y mayor poder de magnificación podrá resolverlo en estrellas regalando una imagen inolvidable y fantástica.

En el año 1826 James Dunlop es el primero en resolverlo en estrellas y reconocerlo como cúmulo globular aunque, anteriormente, fueron muchos los que lo observaron, desde Ptolomeo, pasando por Bayer y Halley, hasta Nicolás Louis de Lacaille.
Su diámetro real es de 160 años luz  y su diámetro aparente de 36 minutos de arco con una magnitud visual de 3,7.

Dista de la Tierra unos 16.400 años luz, lo que significa que la luz captada en la fotografía partió del cúmulo cuando nuestros antepasados pintaban las cuevas de Altamira durante el ¡Paleolítico superior!