El famoso astrónomo Carl Sagan abrió su icónico libro Cosmos con una reflexión escalofriante: "El cosmos es todo lo que es, todo lo que fue y todo lo que será" (Sagan, 1980).
Esta simple frase nos invita a ir más allá de los mitos, como aquella que veía la Vía Láctea como un "espinazo que sostiene la noche", para abrazar la realidad revelada por la ciencia moderna.
Hemos descubierto que somos parte de una inmensa galaxia espiral, una entre miles de millones en un universo vasto y, a menudo, lejano. Sin embargo, no estamos separados de él, sino íntimamente conectados: somos una parte consciente y pensante de ese mismo cosmos.