Planificar el momento para observar detalles de la superficie Lunar: Meseta Aristarco

Por Eduardo Horacek

Planificar el momento para observar detalles de la superficie Lunar
La Meseta Aristarco en Oceanus Procellarum

La Luna es el cuerpo celeste más cercano a nuestro planeta. Su observación, incluso con binoculares o un pequeño telescopio, nos revela infinidad de detalles: cráteres, montañas, valles, zonas oscuras y zonas claras. Sin dudas es un objeto excelente para iniciarse en la observación astronómica.
La historia de nuestro satélite, al igual que la del resto de cuerpos del sistema solar, nos muestra un pasado violento, en el que formidables colisiones dejaron sobre la superficie lunar cicatrices que aún permanecen después de varios miles de millones de años. Nuestro planeta también ha sufrido estas violentas colisiones pero, a diferencia de la Luna, esas cicatrices han sido erosionadas y borradas por la existencia de una atmósfera, agua líquida y la deriva continental.
Durante su movimiento alrededor de la Tierra, se observa cómo la Luna va cambiando su aspecto debido a la iluminación que recibe del Sol. Así, a lo largo de 29 días, 12 horas, 44 minutos y 2,8 segundos que dura el mes lunar, la Luna “desaparece” de nuestro cielo nocturno en Luna Nueva, en otras ocasiones brilla en su plenitud en Luna Llena o adquiere formas de semicírculos durante las fases Creciente o Menguante. Es por eso que mientras transcurre cada día a lo largo del mes lunar se podrá ver iluminado un paisaje lunar diferente.
Desde la antigüedad la Luna Llena ha sido objeto de inspiración poética y musical y, sin embargo, no es la fase en la que se pueden ver todos detalles de su accidentada geografía ya que la iluminación solar es tal que prácticamente no se observan las sombras de sus cráteres y cadenas montañosas perdiéndose así la visión tridimensional del terreno. Por tal motivo es mejor, y más agradable, planificar las observaciones para concentrarse en la región adyacente al terminador un poco antes o después de la Luna Llena, es decir, durante las fases creciente o menguante. Recordamos que, en términos simples, se llama terminador a la línea que separa la zona iluminada de la oscura, es decir la línea que separa el día de la noche.

A continuación se muestran 2 capturas fotográficas de la región de los cráteres Aristarco y Herodoto que, aunque no pertenecen al mismo ciclo lunar, sirven de ejemplo para distinguir claramente la diferencia de iluminación y de detalles en días casi consecutivos. Se puede ver que se observan mejor los detalles cuanto más cercana al terminador esté la estructura en cuestión. Se observa claramente la diferente iluminación del interior del cráter Aristarco y la presencia del pico central, la definición tridimensional de los Montes Harbinger y Agricola y del Valle de Schröter, las sombras proyectadas por la pared Este de Herodoto y la irregularidad de la superficie de la Meseta. En la segunda foto se percibe como el terminador se ha “corrido” hacia el oeste dejando visible el cráter Schiaparelli de 25 Km (al oeste de Herodoto).

Región Aristarco-Herodoto
Hora y fecha de disparo: 28/1/2018; 21:03:11 ARG
Lugar de observación: Mar del Plata
Tiempo de exposición: 0,5 seg;  ISO: 800
Proyección focal con ocular de 9 mm; Telescopio Refractor 90/910 EQ5
Distancia: 357717 Km; Lunación: 11,91 días; fase creciente; Iluminación: 90.6%


Región Aristarco-Herodoto
Hora y fecha de disparo: 20/11/2018; 21:43:48 ARG
Lugar de observación: Mar del Plata
Tiempo de exposición: 1/60 seg;  ISO: 1600
Proyección focal con ocular de 9 mm; Telescopio Refractor 90/910 EQ5
Distancia: 378429Km; Lunación: 13,36 días; fase creciente; Iluminación: 94.1%

La Meseta de Aristarco es una de las zonas geológicamente más jóvenes de la Luna, toda la región se ha elevado sobre la superficie del Oceanus Procellarum como consecuencia del impacto más formidable de la historia lunar que dio origen a la Cuenca Aitken en la cara oculta de la Luna. Sobre esa elevación se produjeron los impactos que generaron los cráteres Aristarco y Herodoto. Al ser geológicamente joven, la zona se encuentra plagada de accidentes de origen volcánico, como la grieta sinuosa más espectacular de la Luna, el Valle de Schröter (Vallis Schroteri).

La Meseta de Aristarco es una zona donde se han registrado numerosos escapes de gas Radón a través de debilidades en la corteza y particularmente en el cráter Aristarco. Estos escapes gaseosos se cree que provocarían el levantamiento de polvo de la superficie lunar generando, circunstancialmente, un cambio en la tonalidad o brillo sobre el área de venteo; a esto se denomina Fenómeno Lunar Transitorio (FLT).
Precisamente Aristarco es el cráter con mayor cantidad reportes observacionales de FLT. Durante la época de las exploraciones Apolo se estudió mucho fotográficamente la geografía de esta interesante región de la Luna y, de hecho, la misión Apolo XVIII tenía propuesto como sitio de alunizaje el Valle de Schröter; pero lamentablemente el programa se canceló inmediatamente después del Apolo XVII.



El cráter Aristarco es uno de los más jóvenes y grandes de la Luna. Se estima que se formó hace entre 100 y 900 millones de años y sus características morfológicas han sufrido muy poca erosión. Tiene un diámetro de 40 Km y una profundidad de 2700 metros, sobre su piso se eleva un pico central de 3200 metros de base y 300 metros de altura. Debido a la alta reflectancia de sus rayos de eyección el cráter Aristarco ha sido una estructura popular desde que los telescopios apuntaron por primera vez a nuestro satélite; existen registros de esta región en forma de bosquejos dibujados por Christiaan Huygens en 1686 y por Giovanni Cassini en 1685.

Herodoto es un cráter de 37 Km, casi tan grande como su vecino Aristarco, pero mucho más antiguo, su formación se produjo hace unos 3200-3800millones de años y consecuentemente está peor preservado. Sus altas paredes de 1200 metros están erosionadas, y su interior está mayormente lleno con lava solidificada la cual ha cubierto mucho de los detalles que hubiéramos esperado ver. No hay un pico central, al menos ninguno lo suficientemente alto que haya sobrevivido al desplazamiento de la lava, y las paredes también aparecen desprovistas de las principales características, aunque probablemente hubieron aterrazamientos antes del ingreso de la lava. Hay un vacío en la pared Norte que conduce al Valle de Schröter, nombrado en honor al astrónomo alemán Johann Hieronymus Schröter quien lo describió el 7 de octubre de 1787; aunque como ya vimos, Cassini y Huygens observaron la región 100 años antes.
Tal vez ningún objeto sobre la superficie de la Luna haya capturado la imaginación de los observadores lunares y selenógrafos como el tubo de lava conocido como el Valle de Schröter, el mejor y más fácilmente observable ejemplo de grieta sinuosa lunar. Corriendo desde una depresión oval (posiblemente un venteo volcánico relleno de lava) conocido como la Cabeza de la Cobra justo al norte de Herodoto, la grieta recorre más de 165 km serpenteando a través de la meseta Aristarco.