Eclipse Total de Sol - 14 de diciembre de 2020, Argentina

No hace falta decir que un eclipse total de Sol es lo más fantástico e impresionante que se puede observar en el planeta.  

El sol gradualmente es ocultado y poco a poco el ambiente cambia, todo cambia. De un disco intenso, en el momento máximo, es remplazado por un disco oscuro, en donde emerge una especie de corona celestial. Al momento de observar y percibir el alrededor, es entendible que en la antigüedad (y no tanto) generará confusión, miedo e inestabilidad social.

El fenómeno

La mecánica celeste tiene sus caprichos, y esto es entendible durante un eclipse. En el caso de un eclipse total de Sol, la Luna logra ocultar el 100% del disco solar. Por esas curiosas coincidencias, el Sol es 400 más grande que la Luna, pero, esta 400 veces más lejos. Lo que nos da como resultado, un tamaño aparente (un tamaño visual de perspectiva) similar.

Teniendo en cuenta que la órbita Lunar no es perfectamente circular, puede ocurrir que se produzca un eclipse anular (esto es cuando la Luna se encuentra en su punto más alejado de su órbita) y no logra ocultar los bordes del Sol, dando una apariencia en el cielo de un anillo de “fuego”. Aunque es muy bello, pierde esa magia que si tiene un eclipse total. En el caso de un eclipse total, la Luna y el Sol tienen un tamaño aparente casi idéntico.

La mecánica del eclipse

Los eclipses solares ocurren únicamente durante la luna nueva ¿Por qué? La razón es simple: esta dando totalmente la espalda a su fuente de luz, que es el Sol. Pero, ¿Por qué no ocurre un eclipse en cada fase nueva? La razón se debe a que, en esencia, la Luna órbita alrededor de la Tierra con una ligera inclinación, alrededor de unos 5º, quedando por encima o por abajo del Sol, desde la perspectiva del observador. Pero de vez en cuando, hay una alineación para producir un eclipse total.


En un eclipse total de Sol, la Luna se halla en la posición exacta para proyectar su sombra en nuestro planeta. Esa proyección no es fija, sino que esa sombra recorre la superficie del planeta a una velocidad de 2253 km/h, creando una línea a la que llamaremos zona de totalidad.

Aquí es donde viene lo importante: Solo los observadores que se localicen dentro de esta línea experimentarán un eclipse solar total. A medida que nos alejamos de esa zona de totalidad, el eclipse será parcial a menor medida, cuanto más lejos nos encontremos.



Datos curiosos sobre la sombra Lunar

  • Por lo general la zona de totalidad (donde transcurre la sombra lunar) es de 16.000 kilómetros de largo (aproximadamente)
  • El ancho de la banda, o zona de totalidad es de unos 90 kilómetros de ancho promedio (es variable en el rango promedio).
  • La sombra recorre la superficie del planeta a una velocidad de 2253 km/h, creando una línea a la que llamaremos zona de totalidad.

Eclipse del 14 de diciembre de 2020

El 14 de diciembre tendremos la chance de observar el ultimo eclipse total de Sol en territorio argentino por un buen tiempo. 

Complementándolo con el observado en 2019, en esta oportunidad, también total, será visible en parte de la frontera sur de la provincia de Buenos Aires, Rio Negro, Neuquén, y Chile, de forma total, y parcial en todo el País con sus grados de "parcialidad".
El eclipse transita del lado argentino, en zonas inhóspitas, con poca infraestructura de servicios, y las zonas de turismo, hacia la zona ecúmene, la capacidad hotelera no es tan masiva como la de la provincia de Buenos Aires (si tomamos como ejemplo la capacidad hotelera de Mar del Plata) por lo que las reservas se han realizado con mucho tiempo de antelación. 

Comparación con su antecesor en tierras de Argentina

El eclipse del 14 de diciembre posee unas cuantas ventajas en comparación a su antecesor en tierras argentinas, el eclipse del 2 de julio de 2019. 
En la zona de totalidad (la franja de totalidad), el eclipse se produce sobre casi en el cenit, a unos 17 grados del cenit del observador. En cuanto a la posición del meridiano, en el momento de la totalidad, el Sol estará a pocos minutos de transitar el meridiano central. Por lo que, tendremos la oportunidad de disfrutar en todo su esplendor, la sombra lunar, la calidad del cielo (transparencia de la atmosfera) y podremos percibir con mayor agudeza los cambios producidos por el eclipse.



En la franja de totalidad, tendrá el Sol en casi su punto más alto, teniendo en cuenta que el solsticio de verano para el hemisferio sur es el 21 de diciembre de 2020



Porcentaje de cobertura lunar en el disco del Sol en Argentina

Provincia de Argentina

Localidad

Porcentaje de cobertura en el disco del Sol

Córdoba

Córdoba

64,5%

Santa Fé

Rosario

68,1%

Mendoza

Mendoza

74,6%

C.A.B.A.

Buenos Aires

73,6%

Buenos Aires

Mar del Plata

87%

Buenos Aires

Bahía Blanca

92%

Neuquén

Neuquén

97%

Neuquén

Piedra del Águila

100%

Neuquén

Junín de los Andes

100%

Río Negro

Bariloche

96,2%

Río Negro

El Cuy

100%

Río Negro

Ramos Mexia

100%

Río Negro

Valcheta

100%

Río Negro

Las Grutas

100%

Río Negro

San Antonio Este

100%

Río Negro

Bahía Creek

100%

Río Negro

El Cóndor

100%

Chubut

Puerto Madryn

95%

Chubut

Comodoro Rivadavia

82%

Santa Cruz

Río Gallegos

60%

Tierra del Fuego

Ushuaia

50%



Mapas de la zona de totalidad

Zona del tránsito de la sombra lunar en Argentina y Chile

Centro-este del eclipse (Argentina)

Centro-oeste del eclipse (Argentina-Chile)

Mapa de nubosidad promedio. Créditos: Jay Anderson


Un eclipse de verano

En cuanto a la temperatura, cabe destacar que, como medida precautoria, teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente, la incidencia solar (por lo tanto, de todos sus rayos) es prácticamente total. En consecuencia, se recomienda la protección de cada observador: Sombreros, protector solar, y continua hidratación, son totalmente necesarios para evitar un colapso térmico.

En cuanto a los equipos, es primordial proteger los sistemas electrónicos, del calor. Principalmente las baterías, módulos de las monturas ecuatoriales, cuerpos de las cámaras réflex, deben estar cubiertas de algún material reflectante, y en lo posible, generar algún tipo de sombra alrededor, para los equipos, y para los observadores.


Consejos para su observación

Exceptuando la totalidad, cuando la Luna cubre completamente al Sol, en donde se puede observar sin filtros, jamás se debe observar el Sol directamente, con o sin instrumentos. 
El daño ocular es irreparable, y el daño nervioso por lo general no causa molestia ni dolor que nos cause una alerta, por lo que aun más ¡cuidado! 
Los métodos se reducen en 2 opciones:

1) El uso de filtros autorizados y certificados por normas ISO: Estos incluyen anteojos para eclipse, y filtros solares para telescopios de confianza.
2) Método de proyección con binoculares o telescopio, pero ¡cuidado!: Muchos telescopios y binoculares están construidos con partes plásticas y pegamentos que no toleran el intenso calor del haz de luz solar.

Jamás intente observar el eclipse con métodos caseros (radiografías, varios lentes comunes de Sol, laminas caseras) e incluso con filtros de Soldadores. 
Aunque se suele recomendar en muchas paginas, lo cierto es que nunca es bueno usar algo para lo que no es fabricado, y sobre todo para los ojos, que son órganos sensibles a una gran gama de rayos, muchos de los cuales, incluso el filtro de soldador no recorta de manera total. 
A veces se puede comparar en una misma graduación (por ejemplo, DIN 14) que existen diferencias entre varios vidrios de esta índole… por lo que, en primera instancia: no son de confiar.
Los filtros solares estilo Baader son laminas fabricadas específicamente para recortar una amplia gama de rayos, y solo dejando pasar una estrechísima banda de luz blanca visible. 


En Mar del Plata, el eclipse pierde su esplendor

En la ciudad de Mar del Plata, el eclipse será observado al 87%, que aunque es mucho, pierde el encanto de la totalidad. Motivo por la cual una gran cantidad de aficionados y profesionales asistirán a la zona de la totalidad.



Futuros eclipses de Sol importantes en Argentina

Tuvimos un eclipse anular en 2017, uno total en 2019, y luego de este eclipse (del 14 de diciembre de 2020), tendremos que esperar hasta el eclipse anular del 2 de octubre de 2024, en la provincia de Santa Cruz. 
El 6 de febrero de 2027, otro eclipse anular tendrá como epicentro el este de la provincia de Buenos Aires. 
Para esperar a un eclipse total de Sol, que son los más espectaculares, habrá que esperar muchísimo más para verlo dentro del territorio nacional: 5 de diciembre de 2048 (dentro de 28 años) 

Sea como sea, si tiene la oportunidad de viajar al epicentro del fenómeno, o si no le queda otra que observar la parcialidad, aproveche el fenómeno, cuide su vista, y ¡disfrute! 


SITIOS DE CONSULTA

ANDERSON, JAY Sitio del cazador de Eclipses y aficionado, disponible AQUÍ 
XAVIER, JUBIER, Mapa de NASA -  Jubier interactivo disponible AQUÍ
XABIER JUBIER, Estudio completo de la zona de la totalidad por Xavier Jubier, disponible AQUÍ

Observando cúmulos globulares

Por Eduardo G. Horacek

Los cúmulos globulares son agrupaciones estelares fascinantes que pueblan los halos de las galaxias, incluyendo la nuestra, la Vía Láctea. Se caracterizan por ser densas concentraciones de cientos de miles, e incluso millones, de estrellas muy antiguas, unidas gravitacionalmente en una forma esférica o casi esférica.

A diferencia de los cúmulos abiertos, que son más dispersos, los cúmulos globulares contienen una enorme cantidad de estrellas compactadas en un volumen relativamente pequeño. Esto los convierte en algunos de los objetos más densos del universo. Por otra parte, las estrellas que componen los cúmulos globulares son generalmente muy viejas, formadas en las primeras etapas del universo. Esto las convierte en valiosas herramientas para estudiar la evolución estelar y la historia de las galaxias.

La fuerza gravitatoria que une a las estrellas en un cúmulo globular hace que adopten una forma esférica o casi esférica. Los cúmulos globulares orbitan alrededor del centro de las galaxias en extensos halos. En la Vía Láctea, se conocen alrededor de 150 cúmulos globulares.

Uno de los rasgos importantes de estas formaciones son que suelen tener una baja metalicidad, es decir, una baja proporción de elementos más pesados que el helio. Esto se debe a que se formaron en una época temprana del universo, cuando la cantidad de metales era menor.


M4, un pequeño y sutil cúmulo globular 

A una distancia de 7200 años luz, nos llega al lente de nuestro telescopio la tenue luz de un hermoso y característico cúmulo globular: M4. 
No es tan grande y brillante en el campo del ocular como Omega Centauri o como M13, sin embargo, este sutil objeto ubicado a pocos grados de Antares (Alfa Escorpio) se nos muestra esquivo con pequeñas aperturas.
Este cúmulo es detectable como un parche nuboso con binoculares 7x50 o 10x50. La observación periférica (observando de reojo o vista lateral, una técnica de observación indirecta) puede ayudarnos a detectar estrellas individuales, siempre y cuando tengamos un telescopio mediano y la calidad de cielo nos acompañe.

Fotografía: M4  a través de un telescopio reflector de 8" realizada por Eduardo Horacek (Trapecio Austral - Astronomía) 

Fue descubierto por Philippe Loys de Chéseaux en el año 1746 y más tarde catalogado por Charles Messier en 1764. Este fue el primer cúmulo globular donde se distinguieron estrellas individuales.

En estas noches seguramente muchos aficionados pasean por la rica densidad de los cielos de invierno (para los habitantes del hemisferio sur). Constelaciones repletas de zonas de gas y polvo estelar proporciona un marco simplemente espectacular para recorrer con binoculares en el campo, lejos de la ciudad. Durante la medianoche en invierno, estas constelaciones son visibles prácticamente sobre nuestras cabezas, en especial para los habitantes debajo del trópico. 

Escorpio (donde se ubica M4), Sagitario y otras constelaciones de alrededores responden al área “geográfica” (si se permite la expresión) perteneciente al centro y cercanías del centro de la Vía Láctea. Sin lugar a dudas, M4 solo es el inicio de un recorrido placentero por estas constelaciones ricas en objetos celestes, un recorrido que podremos hacer en cada invierno de nuestras vidas. 

47 Tucanae, un hermoso cúmulo globular del hemisferio sur

47 Tucanae (NGC 104) o simplemente 47 Tuc es un cúmulo globular situado en la  constelación Tucana.
Se encuentra a unos 16.700 años luz de la tierra y tiene un diámetro de unos 120 años luz.
Los cúmulos globulares son poblaciones de centenares de miles o millones de estrellas viejas (más de mil millones de años), mantenidas unidas por efecto del campo gravitatorio que generan en conjunto.
Hay reconocidos unos 147 CG en nuestra Galaxia, se distinguen por su riqueza en estrellas débiles, por su fuerte concentración central y su forma aproximadamente esférica.
Debido a que sus orbitas son muy excéntricas, se encuentran distribuidos desde el centro galáctico hasta las lejanas regiones del halo de la Galaxia.
Los CG son muy antiguos, por lo que su estudio puede revelarnos como fueron las primitivas fases de la formación de la Galaxia.

Datos de captura
Fecha y hora de disparo: 25/11/2017; 23:57:43
Tv(Velocidad de obturación): 86 seg
Velocidad ISO: 800

Es el segundo cúmulo globular más brillante después de Omega Centauri, y fue descubierto por Nicolás Louis de Lacaille en 1751.
Desde un cielo rural puede verse a simple vista, con una magnitud visual de 4,0.
Desde la ciudad y con unos binoculares 10x50 lo observaremos algo pequeño y nebuloso, con un núcleo concentrado y brillante.

Con telescopios refractores de aperturas de 90-100 mm  se lo verá más grande, con un centro evidente y brillante, con los bordes exteriores difuminados. Con la vista aclimatada a la oscuridad se insinúan algunas de las estrellas exteriores.
En un telescopio de 200 mm de apertura lo veremos redondeado con un núcleo compacto y brillante, y descompuesto en miles de estrellas, mostrándose soberbio, una verdadera gema de los cielos australes.
En la fotografía, sobre el borde inferior izquierdo, puede verse al pequeño cúmulo globular NGC 121. Este cúmulo fue descubierto en 1835 por el astrónomo inglés John Herschel y no pertenece a la Vía Láctea sino que forma parte de la Pequeña Nube de Magallanes.
Tiene una edad estimada en 10000 millones de años convirtiéndolo en el cúmulo globular más viejo de su galaxia.
El trazo luminoso que ocupa la región inferior derecha de 47 Tuc corresponde a un satélite que, distraídamente, surcaba el campo fotográfico al momento de la toma.


A una distancia de 7200 años luz, nos llega al lente de nuestro telescopio la tenue luz de un hermoso y característico cúmulo globular: M4. 
No es tan grande y brillante en el campo del ocular como Omega Centauri o como M13, sin embargo, este sutil objeto ubicado a pocos grados de Antares (Alfa Escorpio) se nos muestra esquivo con pequeñas aperturas.
Este cúmulo es detectable como un parche nuboso con binoculares 7x50 o 10x50. La observación periférica (observando de reojo o vista lateral, una técnica de observación indirecta) puede ayudarnos a detectar estrellas individuales, siempre y cuando tengamos un telescopio mediano y la calidad de cielo nos acompañe.

Fotografía: M4  a través de un telescopio reflector de 8" realizada por Eduardo Horacek (Trapecio Austral - Astronomía) 

Fue descubierto por Philippe Loys de Chéseaux en el año 1746 y más tarde catalogado por Charles Messier en 1764. Este fue el primer cúmulo globular donde se distinguieron estrellas individuales.

En estas noches seguramente muchos aficionados pasean por la rica densidad de los cielos de invierno (para los habitantes del hemisferio sur). Constelaciones repletas de zonas de gas y polvo estelar proporciona un marco simplemente espectacular para recorrer con binoculares en el campo, lejos de la ciudad. Durante la medianoche en invierno, estas constelaciones son visibles prácticamente sobre nuestras cabezas, en especial para los habitantes debajo del trópico. 

Escorpio (donde se ubica M4), Sagitario y otras constelaciones de alrededores responden al área “geográfica” (si se permite la expresión) perteneciente al centro y cercanías del centro de la Vía Láctea. Sin lugar a dudas, M4 solo es el inicio de un recorrido placentero por estas constelaciones ricas en objetos celestes, un recorrido que podremos hacer en cada invierno de nuestras vidas. 


Omega Centauri, el rey de los cúmulos globulares 

Omega Centauri es un cúmulo globular en la constelación del Centauro considerado el más espectacular de todo el firmamento y el más masivo de nuestra galaxia. Contiene más de 10 millones de estrellas y se le estima una masa total de 4 millones de masas solares. 

Se cree que posiblemente sea el remanente del núcleo de una galaxia elíptica capturada por la Vía Láctea; el descubrimiento de un agujero negro en su centro, de unas 40000 masas solares, apoya esta teoría. Para localizarlo debemos mirar hacia el centro de la constelación Centauro, al nordeste de la Cruz del Sur, continuando la línea imaginaria que une las estrellas Hadar y ε Cen.

Ficha técnica 
Fecha y Hora de disparo: 10/02/2019; 01:02:11 ARG
Lugar de observación: Villa Laguna La Brava
Tiempo de exposición: 60 seg
Velocidad ISO: 3200
Técnica Foco Primario sobre Telescopio Reflector SW 200/1000 NEQ 5


Desde cielos sin contaminación lumínica se lo puede distinguir a simple vista y, con binoculares y telescopios de aperturas pequeñas, se podrá comprobar su forma achatada. La vista con telescopios de aperturas mayores y mayor poder de magnificación podrá resolverlo en estrellas regalando una imagen inolvidable y fantástica.

En el año 1826 James Dunlop es el primero en resolverlo en estrellas y reconocerlo como cúmulo globular aunque, anteriormente, fueron muchos los que lo observaron, desde Ptolomeo, pasando por Bayer y Halley, hasta Nicolás Louis de Lacaille.
Su diámetro real es de 160 años luz  y su diámetro aparente de 36 minutos de arco con una magnitud visual de 3,7.

Dista de la Tierra unos 16.400 años luz, lo que significa que la luz captada en la fotografía partió del cúmulo cuando nuestros antepasados pintaban las cuevas de Altamira durante el ¡Paleolítico superior!