Eclipse total de Luna 14 de marzo de 2025
Un eclipse
total de Luna es un evento astronómico hermoso para observar y a diferencia de
los eclipses solares, no hay que ir a buscar el fenómeno a una región geográfica
específica, y lo más destacado: no se necesita ningún filtro especial para disfrutar
de un eclipse lunar
El próximo viernes 14 de marzo de 2025 tendremos la oportunidad de presenciar un eclipse lunar total.
¿Qué es exactamente
un eclipse lunar?
Hay que pensar
al eclipse como un juego de sombras. Un eclipse total de Luna ocurre cuando la
Tierra se interpone directamente entre el Sol y la Luna. Al hacerlo, nuestro
planeta proyecta una sombra sobre la Luna, oscureciéndola total o parcialmente,
según lo que disponga la mecánica celeste.
La sombra de la Tierra y un extraño color en la superficie lunar
La sombra de la
Tierra tiene dos partes: la umbra, que es la parte más oscura y central, y la
penumbra, que es la parte más clara y periférica.
En un eclipse
total de Luna, la Luna se adentra por
completo en la umbra de la Tierra, lo que provoca que se oscurezca y
adquiera un color rojizo o anaranjado. Este color se debe a que la atmósfera de
la Tierra dispersa la luz azul del Sol, dejando pasar solo la luz roja, que se
refracta hacia la Luna. Si un supuesto selenita o astronauta estuviera mirando
desde la luna durante el eclipse, observaría la “Tierra en su fase nueva” o dando
la espalda al Sol, pero con una circunferencia de color anaranjado a su
alrededor, la suma de todos los amaneceres que están ocurriendo.
Con calma… una totalidad duradera
La duración de
un eclipse total de Luna es algo extenso y parece un proceso lento. El eclipse
comienza con la Luna entrando en la penumbra, en la visión de un observador
casual casi imperceptible, lo que provoca un MUY ligero oscurecimiento.
Cuando la Luna
entra en la umbra, comienza a oscurecerse de forma gradual. Hacia el final de
la parcialidad, empieza a notarse cierta tonalidad algo extraña. Esa tonalidad
aumenta a medida que nos adentramos a la fase total del eclipse (cuando la Luna
está completamente dentro de la umbra). Lo bueno de la totalidad de un eclipse
lunar es que dura aproximadamente 60 minutos, en contraste a una totalidad de
un eclipse solar que es entre 1 minuto a 7 minutos promedio.
La observación de un eclipse lunar
Los eclipses totales de Luna son fenómenos astronómicos espectaculares que se pueden observar a simple vista, sin necesidad de protección especial. Mucha gente subestima el potencial de unos buenos binoculares sobre un trípode para ver este fenómeno. En lo personal, recomiendo observar el eclipse con binoculares, donde notamos la diferencia con respecto a lo que nos muestra un telescopio: la tridimensionalidad de un eclipse total de Luna con binoculares es simplemente una poesía viva.
Si bien es cierto que los eclipses lunares se pueden observar a simple vista, el uso de binoculares puede mejorar significativamente la experiencia. Con ellos, se pueden apreciar detalles que a simple vista no se notan, como los cráteres de la Luna y las diferentes tonalidades de rojo que adquiere durante el eclipse. Además, los binoculares permiten apreciar la tridimensionalidad del fenómeno, lo que lo convierte en una experiencia aún más fascinante.
Por otro lado, si se compara la observación con binoculares con la de un telescopio, se puede notar que los binoculares ofrecen una imagen más amplia del cielo, lo que permite apreciar el contexto del eclipse lunar en relación con las estrellas y otros objetos celestes. Además, los binoculares son más fáciles de transportar y manejar que un telescopio, lo que los convierte en una opción ideal para observar eclipses lunares en cualquier lugar.
Horarios del eclipse total de Luna del viernes 14 de marzo de 2025
En la tabla se puede apreciar los horarios de cada parte del eclipse, ajustado en el horario de la Argentina, que son siempre 3 horas menos que la hora universal, llamada también TU o UT. El máximo se da hacia la madrugada, por lo que cada observador decidirá cómo realizar la observación, dependiendo de las circunstancias personales y laborales que tenga.
Recomendaciones practicas
Como comentamos anteriormente, los eclipses de Luna son fenómenos lentos. Por lo que tenemos varias alternativas, entre ellas ofrecemos estas:
Fraccionar la observación: Se fracciona la observación en partes (se puede utilizar como referencia la tabla de contactos). Por ejemplo, observar el segundo contacto en torno a las 02:49 (hora Arg.) y luego de unos minutos, ingresar a nuestra casa. Al momento de ingresar a la casa, poner la alarma para el inicio del tercer contacto a las 03:25 (hora Arg.) y observar la totalidad.
Observación directa de la Totalidad: Para aquellas personas que están trabajando, o tienen que salir a trabajar en las proximidades del horario del eclipse, una opción es directamente salir a observar el máximo del eclipse o la totalidad, que en esta ocasión será a las 03:58 de la madrugada (hora Arg.).
Disfrutar de la postal, pero también
detenerse a pensar
Sin importar la
forma en que elijamos observar un eclipse lunar, es crucial ir más allá de la
mera contemplación de su belleza. Detenerse a observar con detenimiento las
evidencias de la forma del contorno de la Tierra proyectada sobre la Luna
durante el eclipse es simplemente contundente.
La precisión de
las tablas de los horarios nos conecta directamente con la precisión de la
astronomía y la exactitud de la mecánica celeste. Es maravilloso predecir un
eclipse con tanta puntualidad, basándonos en nuestro conocimiento del sistema
heliocéntrico y las leyes que rigen el movimiento de los cuerpos celestes.
En ese punto la observación de un eclipse lunar se convierte en una experiencia que trasciende lo estético. Nos invita a reflexionar sobre cuestiones físicas de nuestro sistema solar, pero también sobre cuestiones históricas de la humanidad.
Calendario 2025 para la observación de los eventos X Lunar desde Mar del Plata
Por Eduardo Horacek – Trapecio Austral
Un primer motivo para observarla es que la Luna es el cuerpo celeste que, visto desde la Tierra, es el más cercano, el más brillante y el más sencillo de ver, ofreciéndonos una imagen fantástica incluso con un instrumental óptico modesto. Bastan unos sencillos binoculares o un pequeño telescopio desde 60 mm de apertura para comprobar la gran cantidad de paisajes que muestra su superficie.
Como no hay erosión (salvo por la lenta acumulación de impactos meteoríticos), la superficie lunar conserva una geología intacta que invita al observador a imaginar cómo se formó cada accidente.
Quien haya mirado con suficiente atención se habrá dado cuenta que la Luna nunca muestra la misma imagen dos veces, y esta es otra razón para observarla. El ángulo desde el que el Sol ilumina la Luna varía constantemente, y lo mismo sucede con el ángulo desde el que nosotros observamos la superficie lunar.
Durante miles de años los astrónomos han estado fascinados por la capacidad de la Luna para “crecer y menguar”; en otras palabras las fases lunares. La Luna fue el primer objeto hacia el cual Galileo (1564-1642) dirigió su sencillo telescopio de 20 aumentos; y observando las fases lunares pone de manifiesto que el astro no era una esfera traslucida y perfecta como se creía en esa época.
En noviembre de 1609 descubre que la superficie lunar es escarpada, presentando montañas, valles, cráteres y planicies más oscuras; y que cerca del terminador (la línea que separa el día de la noche lunar) las sombras proyectadas por el terreno daban cuenta de la “rugosidad” de la superficie.
Durante principios de 1610 Galileo también observa las fases del planeta Venus y hace muchos otros descubrimientos que ayudaron a acabar con la visión aristotélica de una esfera celestial sacrosanta e inmutable. Este fue un paso fundamental hacia la unificación de las leyes de la naturaleza. En marzo de 1610 Galileo publica todos sus descubrimientos en su obra “Sidereus Nuncius” (“el mensajero sideral”), del cual existen versiones en español en Internet, para aquellos curiosos que deseen leer de primera mano el trabajo de este genio.
Cerca del terminador se perciben más detalles que en ningún otro lugar; y es precisamente donde debemos mirar para localizar la X Lunar y la V-Lunar hacia el 7mo día de lunación.
En la tabla se muestran las fechas y horarios de los eventos los cuales podrán ser observados durante varias horas. Estos fenómenos suceden cada mes pero por norma general, desde cada locación, solo son visibles cada dos meses.
Entre la luz y la sombra... ¿Qué es la X lunar?
Una vez cada dos meses y alrededor del séptimo día de lunación, acontece un evento durante el amanecer lunar en el que un sector del relieve detrás del terminador comienza a iluminarse aun cuando sus alrededores están todavía en la oscuridad.
Este fenómeno, denominado “X Lunar”, es un juego de luces y sombras que durante unas 3 horas va “imprimiendo” la forma de una brillante letra X. La iluminación a bajos ángulos del amanecer lunar y las características del relieve dadas por los cráteres Purbach, La Caille, Blanchinus y Regiomontanus son los responsables de este fenómeno.
La “X Lunar”, también conocido como Werner X y el relieve lunar
Este fenómeno no es difícil de ver siempre que se esté mirando en el lugar y momento correctos. Algunas fuentes consideran que la letra X es formada por la confluencia de 4 cráteres lunares: Purbach, La Caille, Blanchinus y Regiomontanus.
El secreto del efecto radica en la iluminación solar a bajo ángulo (es un amanecer lunar que se va acercando) y en la topografía del terreno que se ilumina. Hay que “imaginar” los cráteres como hundimientos del terreno y las laderas y bordes externos intervinientes (el cuerpo de la X) como terreno más alto; por lo tanto se va a iluminar antes que sus alrededores más hundidos que permanecen en la sombra.
El cráter Purbach forma el lado oeste de la X, en tanto Blanchinus crea el lado este. La Caille forma el límite norte, y Regiomontanus apenas marca la sección sur. El cráter Werner no contribuye directamente a la estructura, aunque por ser el cráter mejor iluminado más cercano resulta un “faro” para los observadores. La estructura tiene un tamaño de unos 70 Km.
Toda la cinética de la formación y desaparición de la X transcurre en cerca de 4 horas, y, aunque está descripta con detalles en algunas fuentes de Internet, lo mejor es verla directamente; unas pocas horas más tarde el efecto de sombra a su alrededor se pierde y la ilusión de la X se desvanece.
X Lunar y los binoculares
Mediante algunos testimonios y la experiencia personal, se puede afirmar que el fenómeno es observable con pequeños telescopios y también con binoculares de al menos 15 aumentos (15x70 o 16x80).
¡Suerte con las observaciones y cielos despejados!